n n n Los hoteles de la comarca de la Val Miñor también se resienten con la nueva normalidad, y prevén una ocupación durante el mes de julio ligeramente superior al 50% mientras que las reservas para agosto rondan el 80%. Una vez más la sensación de incertidumbre actual tras superar el estado de alarma, los brotes y su evolución y la falta de una vacuna efectiva para paliar la pandemia provocado por el covid 19 hacen mella en el sector. Así, desde las gerencias de la gran parte de complejos hoteleros sondeados coinciden en que las cifras con las que parten son sensiblemente peores en comparación con el mismo periodo de 2019, aunque también explicaron que están detectando un baile de reservas que funcionan muy encima de las fechas y con estancias relativamente cortas. Cuentan con que la tendencia en tantos por cien para la temporada fuerte puedan verse alteradas al alza aunque esta inestabilidad, por otro lado, motiva cancelaciones que en la mayoría de casos van siendo inferiores a medida que se van adentrando en el verano.
Las medidas adoptadas se aplican por igual prácticamente en todos ellos para adaptarse a la normativa vigente, con unas máximas que pasan por el uso de mascarillas, la colocación de cartelería informativa, control de aforos en zonas comunes, protocolos en el uso de ascensores y desinfección de la totalidad de estancias. Un contexto que si se extrapola a antes del decreto de estado de alarma del pasado 15 marzo podrían tildarse de enfermizas y que también afecta a la plantilla de trabajadores. Con todo, la incertidumbre ante la evolución de los acontecimientos sigue provocando cambios de planes de última hora entre los turistas.
“Desde el mes de marzo contabilizamos más de 750 anulaciones, y ahora hemos tomado la decisión de desistir en su contabilización”, explicaba Patricia Gómez desde el Hotel la Anunciada ubicado en pleno centro de la villa marinera. Aquí la ocupación prevista para los meses de abril, mayo y junio superaba a la que están registrando en estos momentos. En su caso estiman que el pico máximo de afluencia de huéspedes quedará reducida a tan sólo dos semanas, desde el 23 de julio hasta el 10 de agosto aproximadamente, en donde calculan que podrán colgar el cartel de completo. El inmueble ubicado a caballo entre la avenida Elduayen y la calle Ventura Misa cuenta con un total de 27 habitaciones y reciben numerosas reservas por parte de peregrinos que hacen noche mientras realizan el Camino Portugués de la Costa. “Trabajamos con agencias extranjeras como de Irlanda, Australia o Portugal, entre otras, y ya estamos teniendo muchas reservas de caminantes que vienen en viajes organizados, pero ya de cara al 2021”, relataba Gómez. Con el fin de minimizar los riesgos de contagio optaron por la eliminación de elementos que consideran críticos en habitaciones como cortinas de tela, alfombras o la sustitución de los cubos de basura abiertos por otros con tapa que abren con pedal.
Justo en frente del anterior se encuentra el Hotel Tres Carabelas, una empresa familiar que se encuentra a la expectativa ante la inestabilidad de este verano. “Tenemos reservas pero también anulaciones con lo que no tenemos muy claro como resultarán los próximos meses”, explicó Brais Pereira al mismo tiempo que afirmó que en su caso esta dinámica se está manteniendo de manera casi estable con bailes constantes. Con todo cuentan con que en agosto las estimaciones aumenten sensiblemente. En su caso prefieren la fórmula tradicional de llamada telefónica y tan sólo se sirven de la plataforma booking aunque no sacan la totalidad de sus habitaciones libres sino que las van dosificando
Situación similar en Nigrán
La situación en Nigrán es muy similar a la de su municipio vecino, desde el hotel Val Convention ubicado a pocos metros del consistorio explicaron que están afrontando un mes de julio atípico, incluso ‘malo’ o raro en comparación con 2019 y las previsiones para agosto rondan el 60%. Cuentan con un total de 24 habitaciones y una vez más la situación se repite, tras el decreto de estado de alarma las cancelaciones se dispararon exponencialmente. “En marzo, abril o mayo teníamos previsto colgar el cartel de completo durante muchos fines de semana, una ocupación superior a la actual”, aclararon. Esta situación se agrava en zonas del interior, desde el hotel Queimada en la parroquia de Parada su tasa de reservas es todavía más baja que en el centro urbano, aquí disponen de 27 habitaciones.
Estimaciones que contrastan
Baiona es la localidad con más plazas hoteleras en la comarca. En Elduayen comparten espacio al menos cuatro en una distancia de 200 metros lineales, los de mayor importe cuentan con mejores previsiones que los más económicos.
