La creación del complejo hotelero más singular de la comarca del Val Miñor y con unas vistas al océano únicamente equiparables al Talasso de Oia no ha avanzado nada desde el visto bueno otorgado hace ahora seis meses por la Autoridad Portuaria de Vigo a la concesión administrativa del faro de Silleiro, tras ser adjudicadas en diciembre del 21 a la empresa Lanscape 68 España S.L. Según explican fuentes municipales, las instalaciones no pueden obtener la licencia municipal de obra hasta que Madrid autorice los cambios que compatibilicen el uso del complejo con la señalización náutica todavía en exclusiva.
El alcalde Carlos Gómez, por su parte, explicó que desde el Concello emitieron en tiempo y forma la certificación de las posibles utilidades que vienen recogidas en el Plan General de Ordenación como trámite obligatorio y previo a la autorización del Consejo de Ministros. Así se lo trasladó a representantes de la inversora y de Portos en la última reunión mantenida entre ambas partes en el mes de julio y por el momento continúan a la espera. Gómez prefirió no aventurarse a dar plazos en este sentido, pero lo que sí pudo asegurar es que medio año después el acondicionamiento del edificio todavía no ha comenzado y que el conjunto por el momento carece de conexiones a servicios básicos como el saneamiento.
Por el momento todo apunta a que la tramitación dilatará la materialización del hotel de lujo por 1,3 millones bautizado como “Lighthouse Baiona” cuya apertura estaba prevista para 2023. El proyecto cuenta con un total de 18 habitaciones de cuatro estrellas, además de un restaurante de lujo interior y exterior con una gran terraza protegida por cristaleras ocupando un total de 2.860 metros cuadrados. La adjudicación a 20 años prorrogable otros 10 también contempla la puesta en valor del conocido como “faro pequeño” y en donde está proyectado otro negocio de hostelería “con encanto” para la puesta en valor de la zona aprovechando que el Camino Portugués pasa a escasos 200 metros.
