Homenaje en Nigrán por los 100 años de la huérfana de los “Nueve de la Curva”

El lugar de Baredo donde se produjo el fusilamiento, ahora con un monumento en recuerdo.
photo_camera El lugar de Baredo donde se produjo el fusilamiento, ahora con un monumento en recuerdo.

Cumple un siglo y recibe un homenaje en Nigrán una de las hijas de los fusilados en Baredo en octubre de 1936

Nigrán  festejó los 100 años de Enriqueta Fernández Rodríguez, una vecina de San Pedro de A Ramallosa marcada directamente por la tragedia de la ‘Volta dos nove’, también conocida como Los Nueve de la Curva, en Baredo

Ella es una de las tres supervivientes que quedan entre los 31 huérfanos que dejó la matanza realizada por falangistas de nueve hombres en la curva de Baredo (Baiona) la madrugada de 16 de octubre  de 1936, al poco de iniciarse la Guerra Civil, y con los odios a flor de piel, donde se sucedieron las venganzas. Faltaban entonces tres días para que Enriqueta cumpliera los 13 años y su padre, Modesto Fernández Rodríguez, marinero de Panxón más conocido como ‘Rei Chiquito’, contaba con 46 años. Tras el asesinato, su madre, Rosalía Rodríguez Iglesias, tuvo que tirar adelante sola con siete hijos de los que, precisamente, solo vive Enriqueta (que era la cuarta de ellos). Fue una de las historias más desgraciadas de aquel período histórico cuajada de cientos de ellas. Y también una de las más recordadas por los vecinos, dando incluso origen a una leyenda.

“Tuvo que ir mi madre a identificarlo, mirad cómo estaba que lo reconoció por la boca, ¡Por los dientes! Nosotros éramos pequeños y luego hubo que seguir adelante”, declaró para el libro ‘Nigrán. Memoria de una guerra 1936-1939’, escrito precisamente por el alcalde de Nigrán, Juan González, historiador especialista en la Guerra Civil. 

“Lo recuerdo muy bien (...) Nunca había hecho nada, era marinero y le gustaba defender los derechos de los obreros, no permitía que se habían cometido injusticias que a veces querían hacer los patrones”, contó para el libro.

Enriqueta, originaria del barrio del Quinteiro (Panxón) vivió con ese pesar en silencio durante toda la dictadura e hizo su vida en San Pedro (barrio de la Pastora) a un lado de su hombre, Olimpio, con el que tuvo  un hijo bautizado con el mismo nombre. 

Durante toda la vida se dedicó al trabajo en la casa. Superviviente a dos enfermedades graves y las dos roturas de cadera pasados los 90 años, el secreto de su longevidad creen en la familia que puede residir en sus largas caminatas que hacía a diario y hasta hay bien poco entre La Pastora y Mallón (donde vive ahora con la familia de su hijo).

Las nueve cruces que nadie sabía quién pintaba

El suceso tuvo lugar lo la noche del 15 a 16 de octubre  de 1936, cuando se ejecutaron la nueve vecinos del Val Miñor (cinco de ellos de Panxón) como venganza y represión de los falangistas por el suceso del día anterior en Sabarís, cuando en el asalto de las fuerzas nacionales a la casa de los hermanos republicanos “Los Ineses” murieron estos, su asistenta Dolores Samuelle y también uno de los falangistas. 

Horas después los partidarios del golpe de estado cogieron la nueve vecinos del Val Miñor detenidos en la prisión del Frontón, en Vigo, y como venganza, los fusilaron en la curva de La Bombardera, en Baiona. 

Las nueve cruces, como aparecían en recuerdo de los fusilados.
Las nueve cruces, como aparecían en recuerdo de los fusilados.

Durante más de 40 años nueve cruces aparecieron pintadas en ese punto como recuerdo de los fallecidos y, aunque las borraban y buscaron con esmero a los autores, estas siempre volvieron a ser dibujadas. Así fue una y otra vez, y nunca se encontró a los autores, hasta el punto de que los vecinos aseguraban que brotaban de forma espontánea, como si fueran obras de los fantasmas de los fallecidos. En los años ochenta, dejaron de aparecer. Hoy el lugar es un espacio para la memoria y las cruces se mantienen, ahora impresas, como recuerdo de todo aquello que sucedió.

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