La celebración de Santo Tomás de Aquino, el patrón de la universidad, volvió ayer a la UVigo sin restricciones sanitarias por primera vez desde 2020. Aunque en 2022 se recuperó el acto institucional tradicional, este se había hecho con la obligatoriedad de la mascarilla.
Un total de 151 estudiantes y titulados por la institución viguesa recibieron ayer sus premios extraordinarios de grado y doctoramiento (76) y los galardones a la excelencia académica para los alumnos que iniciaron estudios de grado y máster en este curso (75). Además, también se entregaron los seis Premios Egeria convocados por la Unidad de Igualdad para fomentar la introducción de la perspectiva de género en las investigaciones.
Fue el rector de la UVigo, Manuel Reigosa, el encargado de entregar las insignias junto a las vicerrectoras Natalia Caparrini, Belén Rubio, Susana Reboreda, Elena Rivo y Eva Lantarón y el presidente del Consello Social Ernesto Pedrosa.
Antes de entonar el ‘Gaudeamus Igitur’ para despedir el acto, como es tradicional, Reigosa se dirigió a los estudiantes allí presentes para asegurarles que “sois el futuro, una cosecha excelente de gente que está muy preparada”. Pero advirtió que con todo eso “no llega”, pues “nosotros tenemos que saber qué hacer con ese esfuerzo y ese talento”.
El rector incidió en la importancia de irse a estudiar e investigar al extranjero, pero con una condición: “Quiero que volváis”. Señaló que, aunque todavía tiene muchos retos por delante, la UVigo es una universidad “muy especial y diferente” comparada con otras que nacieron en los años 90. “Estamos entre las 600 mejores universidades del mundo, algo que sería imposible sin el trabajo y el esfuerzo en mantener el rigor académico”, sentenció Reigosa.
