La nueva temporada de Masterchef vuelve a estar rodeada de polémica. El inicio de la emisión de los programas ha desatado el enfado de los que se quedaron a las puertas de entrar en la nueva edición. Entre las indignadas se encuentra la viguesa Carmen Albo, que sin pelos en la lengua ha contado su experiencia en el casting animada por otros compañeros que están haciendo lo mismo.
La autora del popular blog 'Guisándome la vida' ha dedicado una de sus publicaciones a relatar cómo vivió el proceso, destacando las "trampas" y el "maltrato" que asegura que sufrieron las casi mil personas que participaron en el casting que se realizó en la plaza del Palacio Real de Madrid.
"El timo de Masterchef", así lo bautiza Carmen Albo. "Me parece un título tan breve como descriptivo y correcto", señala. Comienza su relato dejando claro que, aunque su madre ya fallecida la animó en varias ocasiones a anotarse en el concurso, contactaron con ella desde la productora interesados por su perfil. "Yo no me inscribí en Masterchef sino que fue la productora del programa la me contactó a mí", apunta. Además, explica los motivos que la llevaron a aceptar en esta ocasión la propuesta: sentir que era una 'señal' que ocurriera tras la muerte de su madre, la curiosidad, el interés profesional -Albo es cocinera autodidacta- y ganar visibilidad.
"Trampas" en un casting "amañado"
Muy contundente con sus quejas detallaba las "trampas" en el casting que aseguraba estaba "previa y totalmente amañado". "En ningún momento, y eso es lo más triste y vergonzoso, el programa tuvo en cuenta la situación personal y económica de muchos de los allí presentes. Yo, al final, acabé pasando un divertido (y caro) fin de semana entre amigas. Otros, y me consta, estaban allí habiendo pedido dinero prestado", escribe.
Sobre las "trampas", Albo señala que desde el primer momento se dieron cuenta de que había personas a las que "se grababa con especial interés y tiempo" y que esas fueron las que acabaron pasando a la siguiente fase. "Vimos como cuando nos dieron la orden de emplatar, había quien no lo hacía, se dedicaba a ver el reloj y en un momento determinado y a 5 minutos del final del tiempo, comenzaba a montar su plato. En ese momento, ¡oh casualidad! llegaban las cámaras y grababan el proceso completo", explica.
"11 horas de pie"
Otra de las cuestiones que indignó a la bloguera viguesa fue el "trato denigrante" que recibieron. Denuncia que no les dieron comida ni les permitieron sentarse en "aquel gélido domingo madrileño". "Nos tuvieron 11 horas de pie porque, probablemente, las tomas aéreas quedan mejor si no ponen un mísero taburete donde, nos hubiésemos sentado y del que, ya os digo yo que muchos no nos hubiésemos levantado", revela.
Además, explica que se tuvo que grabar todo dos veces porque "Jordi Cruz llegó tarde sin que nadie pidiese disculpas ni diese la más mínima explicación al respecto". También señala que los baños "estaban tan asquerosos como impracticables".
La viguesa ya conoce las entrañas del concurso y pese al mal rato ahora se lo toma con humor.
