La imagen personal o cómo edificar la reputación en Internet

Portada del libro sobre la imagen personal en la red.
Los modales, la vestimenta, el saber comportarse en público, el hablar educadamente o la actitud son cada vez menos relevantes en la creación de la reputación de una persona. En su detrimento, el mundo virtual se establece como escaparate de la imagen personal y, con ella, de la reputación.
El factor diferencial que ofrece la red es que uno puede proyectar y manipular su propia imagen como se le antoje y a distancia, sin la necesidad de hablar en público o de vivir una experiencia cara a cara.

Eva Sanagustín, autora de ‘Visibilidad, cómo gestionar la reputación online’, asegura que ‘la reputación se construye a partir de las opiniones de los demás, desde amigos a clientes insatisfechos, y no necesariamente estará alineada con la imagen que creemos estar proyectando’.

Tal es el caso de Susan Boyle, una cantante aficionada que, en abril de 2009, saltó a la fama mundial al concursar en la tercera edición del programa de televisión británico ‘Britain's got talent’, el equivalente inglés a ‘Operación Triunfo’.

Según Myriam Rius, experta en gestión de la imagen personal en el Instituto Superior de Diseño y Escuela de la Imagen (IDEP), el caso de Boyle es un claro ejemplo de ‘marca’ idónea para la red. ‘La información que expongas -dice en una entrevista con Efeha de ser personalizada, debe haber una perseverancia en el mensaje o debe tener un estilo amable y cordial, porque en Internet no funciona el mal rollo’.

Esto le ha servido a Boyle, cuya página web está traducida a 23 idiomas, para ser conocida internacionalmente y para que, en abril de 2009, 275 millones de visitantes buscaran su nombre en la red.

Rius explica que ‘debe existir una marca personal, que tenga gancho, que sea fácil de recordar y que consiga algo de notoriedad’. De todas formas, ‘si no hay personas detrás, no es tan fácil crear la reputación digital’.

En este sentido, otro de los personajes conocidos que se ha dotado de presencia en la web es Andrés Iniesta, que recientemente inauguró su blog, en el que da la bienvenida a los lectores: ‘El cariño que he recibido a lo largo de estos años ha influido en el desarrollo de la web, dotándola de un carácter absolutamente personal. Entrad y disfrutad de sus contenidos’, puede leerse.

La página web ofrece la posibilidad de ver los contenidos -desde la decoración de su casa hasta sus logros deportivosa través de dos fondos diferentes. Iniesta sigue los cánones marcados por Rius: ‘La información que se exponga tiene que ser personalizada y debe tener un elemento de innovación, y también debe existir un equilibrio on y off line’.

Pero la reputación no solamente afecta a personajes famosos. De la misma manera que una persona se preocupa por llevar la ropa adecuada, ‘también debe preocuparse por saber qué pasa si alguien te busca en Google’, observa Sanagustín.

Para encontrar un trabajo, continúa, el entrevistador lo hará, y de los resultados (perfiles públicos, fotos, comentarios en blogs o foros) ‘se construirá tu imagen, que le influirá más a la hora de decidir tu futuro en la empresa que tu propio currículum’.

Quizás la necesidad de gestionar la reputación sea más apremiante en el caso de personajes famosos pero, tal y como cree Sanagustín, gestionar la reputación debería ser una prioridad para cualquiera.

‘Es necesario -sostieneque todos los usuarios tomen conciencia del rastro que dejan en Internet y de la importancia de estar atentos a esas migas que, reunidas en una página de resultados, les definen perfectamente’.

Pero no necesariamente la cantidad de información equivale a beneficio para la persona en cuestión. Cuando se escribe la palabra ‘Bush’ en Google los principales resultados muestran información negativa. Para contrarrestar la mala información sobre una persona en la red, solamente existe una opción: crear contenido.

‘También se puede pagar a Google para salir el primero de la lista de resultados, pero lo más efectivo es crear tu propia información personalizada, que contribuya a generar tu propia marca’, explica Rius.

Con Internet, las posibilidades de estar presente en la esfera pública se multiplican. Según Sanagustín, ‘los medios sociales han permitido que cada usuario conectado a Internet sea un potencial evangelizador o detractor tanto de marcas como de personas’.

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