El Tribunal Federal de Australia impuso ayer una multa de 60 millones de dólares australianos (42,7 millones de dólares, 41,3 millones de euros) a Google por engañar a los usuarios de teléfonos móviles con sistema Android respecto a la recolección de sus datos de localización. “Es una pena adecuada para alcanzar el necesario objetivo disuasorio, específico y general, de la imposición del castigo”, dijo el juez Thomas Thawley, del Tribunal Federal Australiano (máxima estancia de cada estado), en el fallo referido a la “conducta engañosa” de Google, según un comunicado de la corte.
El Tribunal Federal Australiano ya había determinado el año pasado que Google violó la ley mediante representaciones falsas o engañosas sobre la recolección de datos de localización a través de los sistemas operativos Android instalados en los teléfonos móviles.
La Comisión Australiana de Competencia y Consumo (ACCC) argumentó que Google engañó a alrededor de 1,3 millones de usuarios al no explicar adecuadamente que estas configuraciones debían ser apagadas manualmente si los consumidores no querían que Google recolecte, mantenga y use la información sobre su localización. Google tampoco informó de que recolectaba dichos datos al activar la “actividad de internet y las aplicaciones”.