El papa diseña una Iglesia reformista de cara al futuro

Pidió que el Sínodo sirva para que la institución vuelva a ser un lugar de “acogida y bendición”

Agencias

Publicado: 05 oct 2023 - 14:30

El papa Francisco, ayer durante la misa de apertura del Sínodo en el Vaticano.
El papa Francisco, ayer durante la misa de apertura del Sínodo en el Vaticano.

El papa Francisco pidió que el Sínodo que comenzó ayer sirva para que la Iglesia vuelva a ser un lugar de acogida y de bendiciones, durante la misa de apertura de esta asamblea que celebró en la plaza de San Pedro. En el Sínodo, que abordará temas que determinarán el futuro de la Iglesia católica y que celebrará su primera plenaria este mes de octubre - la final será en octubre de 2024 -, participarán 464 miembros, entre obispos y laicos, de los que 364 tendrá derecho a voto, incluidas 54 mujeres por primera vez.

Se tratarán temas como el celibato o la bendición a las parejas LGTBIQA+, lo que ha disparado las críticas del sector conservador, que, además de enviar una carta al papa con sus “dudas”, también organizó una rueda de prensa en la que bajo el título de la “babel sinodal” se consideró que la asamblea será un desastre para la Iglesia.

En su homilía el papa pareció responder a esas críticas, al explicar que para la Asamblea Sinodal “no nos sirve tener una mirada inmanente, hecha de estrategias humanas, cálculos políticos o batallas ideológicas” y que “tampoco es un parlamento”, sino “que sirve para caminar juntos, con la mirada de Jesús, que bendice al Padre y acoge a todos los que están afligidos y agobiados”. “Partamos, pues, de la mirada de Jesús, que es una mirada que bendice y acoge”, dijo.

El papa instó a ser “una Iglesia que, con corazón alegre, contempla la acción de Dios y discierne el presente; que, en medio de las olas a veces agitadas de nuestro tiempo, no se desanima, no busca escapatorias ideológicas, no se atrinchera tras convicciones adquiridas, no cede a soluciones cómodas, no deja que el mundo le dicte su agenda”.

Sus advertencias

El papa Francisco avisó también de que “el chismorreo es la enfermedad más común en la Iglesia”, al mismo tiempo que animó a evitar la ideología para tratar los temas del futuro del catolicismo. “El chismorreo es la enfermedad más común de la Iglesia. Si no dejamos que el Espíritu Santo nos cure esa enfermedad, difícilmente un camino sinodal será bueno. Al menos aquí dentro”, dijo.

En este sentido, animó a hablar claramente a los 464 miembros reunidos, entre obispos y laicos, de los que 364 tendrán derecho a voto, incluidas 54 mujeres por primera vez. “Si no estás de acuerdo con un obispo, una monja o un laico, díselo a la cara, di la verdad, no con chismorreos bajo la mesa”, animó el pontífice argentino.

Invitó a que se impida “caer en algunas tentaciones peligrosas: la de ser una Iglesia rígida, una aduana, que se acoraza contra el mundo y mira hacia el pasado; la de ser una Iglesia tibia, que se rinde ante las modas del mundo; la de ser una Iglesia cansada, replegada en sí misma”. Y ante “los temores”, quiso recordar que “no se trata de una reunión política, sino de una convocación en el Espíritu; no de un parlamento polarizado, sino de un lugar de gracia y comunión”.

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