El "carding", una estafa en auge en el comercio digital de gran consumo

El incremento exponencial en los últimos dos años del comercio digital hace que los consumidores sean cada vez más vulnerables ante los intentos de robo y fraude de los ciberdelincuentes, centrando la búsqueda de vulnerabilidades en los datos bancarios y el uso fraudulento de las tarjetas de crédito.

Entre las prácticas delictivas más en auge, según datos de la Asociación Española de Empresas contra el Fraude, está el denominado “carding”, una estafa en línea que se centra en el hurto de datos de las tarjetas de crédito de los usuarios para realizar compras pequeñas, pero de una manera periódica consecutiva en un breve período de tiempo, bien online o por teléfono.

Estas compras se realizan de manera deliberada para confirmar que los datos robados son auténticos, evitando así que el usuario se dé cuenta de manera inmediata. Los estafadores suelen empezar con cantidades imperceptibles, y aumentan gradualmente el valor de las compras si comprueban que no hay ningún signo de que el fraude ha sido detectado.

Los delincuentes emplean diversas técnicas para obtener los datos financieros, desde copiar o clonar las tarjetas bancarias hasta robar los datos personales proporcionados en línea. Y una vez tienen acceso a tus datos, utilizan tus tarjetas para su beneficio. Utilizan también software especial que generan múltiples combinaciones al azar, lo que les permite obtener los números de las tarjetas, incluido el código de seguridad.

La Oficina de Seguridad del Internauta (OSI) aconseja para evitar estas estafas no abrir mensajes de spam o correos electrónicos de remitentes desconocidos, llevar un seguimiento periódico de las operaciones y transacciones bancarias y requerir una confirmación con PIN cada vez que se utilice la tarjeta. También es recomendable activar el sistema de alertas por SMS y el sistema de doble confirmación para autorizar el pago por tarjeta.