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Uso de edulcorantes y su efecto en trastornos gastrointestinales

Este estudio fue diseñado con el objeto de analizar y dar respuesta a algunas de las inquietudes más frecuentes sobre el consumo de edulcorantes y los trastornos gastrointestinales.

Esta revisión de edulcorantes no calóricos realizada por la Asociación Mexicana de Gastroenterología se llevó a cabo para conocer y dar una opinión científica sobre la ingestión de los edulcorantes no calóricos en personas con trastornos gastrointestinales.

Un grupo de gastroenterólogos y expertos en nutrición, toxicología, microbiología y endocrinología revisaron y analizaron la literatura publicada sobre este tema, y formularon las conclusiones en base a la evidencia científica encontrada.

En la actualidad, la ingestión de estos edulcorantes no calóricos ha aumentado en la población con diabetes Mellitus y en la sociedad en general como resultado del cambio en el estilo de vida a nivel mundial, específicamente en aquellos países que llevan una dieta occidental. Por ello, cada vez es más frecuente encontrarlos en alimentos y bebidas; y no necesariamente etiquetados como bajos en calorías o adicionado con edulcorantes no calóricos. Un ejemplo de esto es Estados Unidos de América, donde recientemente se publicó un estudio, el cual mostró que del 2005 al 2009 el 15% del volumen de producción de alimentos y bebidas contiene estos edulcorantes y con tendencia en aumento.

Algunos estudios han relacionado la ingestión de los edulcorantes no calóricos con el aumento del riesgo de obesidad, síndrome metabólico y Diabetes Mellitus 2. Sin embargo, debido a la complejidad de su evaluación en humanos, son pocos los ensayos clínicos que han evaluado su efecto en la salud, por lo que la mayoría de los estudios han sido cuestionados en su metodología.

Para los investigadores del estudio la evidencia actual no confirma el potencial carcinogénico de los edulcorantes no calóricos. Sin embargo, los estudios que analizaron mostraron que la sacarina podría tener un efecto pro-inflamatorio y que los polioles pueden causar síntomas y manifestaciones gastrointestinales. Ahora bien, este efecto, es dependiente de la dosis y el tipo de compuesto. La ingestión de xilitol, eritritol, sucralosa, aspartamo, acesulfamo K y sacarina podría aumentar la secreción de las hormonas gastrointestinales que regulan el movimiento intestinal, y la estevia y sus derivados, podrían tener un efecto favorable sobre el porcentaje de grasa hepática. Se debe tener prudencia al recomendar el consumo de aspartamo en pacientes con enfermedad hepática crónica porque reduce la proporción de aminoácidos. Además, la ingestión de edulcorantes no calóricos podría modificar la composición de la microbiota intestinal, teniendo un efecto sobre los síntomas y manifestaciones gastrointestinales.

Ref: Bueno-Hernández y col. Revisión de la evidencia científica y opinión técnica sobre el consumo de edulcorantes no calóricos en enfermedades gastrointestinales. Rev Gastroenterol Mex.. Octubre-diciembre de 2019; 84 (4): 492-510.

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