La ensalada hecha con tomate marciano, más cerca que nunca

Uno de los tomates “marcianos” creados por científicos en “Marz Lab” del Instituto Espacial Aldrin en Melbourne.
photo_camera Uno de los tomates “marcianos” creados por científicos en “Marz Lab” del Instituto Espacial Aldrin en Melbourne.
Un estudio logra cultivar este tipo de hortalizas en condiciones similares a las del Planeta Rojo 

Un equipo científico del Instituto Espacial Aldrin de Florida (EEUU) dirigido por Andrew Palmer, profesor asociado de ciencias biológicas, logró, a partir de semillas aportadas por la marca Heinz, cultivar tomates en condiciones similares a las del Planeta Rojo en una instalación cerrada e iluminada artificialmente. De esta forma, se allana el camino para que los futuros “colonos” de Marte puedan comer tomates frescos, además de que Heinz aprovechó la ocasión para producir una versión “marciana” de su popular e icónico “ketchup”. 

El equipo dedicó más de 2.000 horas primero a un estudio piloto de 30 plantas y luego se dedicó a cultivar alrededor de 450 plantas en cubos individuales, trabajando en estrecha colaboración con Heinz durante todo el proceso. El propósito principal de esta investigación es ayudar a “comprender qué se requiere para producir alimentos en Marte”, dice Palmer desde Melbourne (costa este de Florida) en una entrevista.

Palmer afirma que la ciencia tiene que haber respondido a esa pregunta antes de que la colonización de Marte sea una realidad, lo cual se espera para dentro de unos 30 años, pues uno de los problemas más complicados es el de la alimentación de los colonos. Marte está a siete meses de distancia de nuestro planeta y con lo que se sabe hasta ahora de su superficie es impensable pensar en producir vegetales como en la Tierra, agrega. “No con esa atmósfera, esa temperatura y esa radiación”, subraya este científico que vislumbra una escena que reconoce que hoy suena a ciencia ficción: colocar en Marte instalaciones como la Red House, en la que su equipo cultivó los tomates, y dejar su manejo a robots agricultores antes de enviar a los colonos.

 
“UNA DIETA SUPLEMENTARIA”

Esos robots, dice, es algo en lo que ya están trabajando alumnos de Florida Tech, como se conoce al Instituto de Tecnología de Florida. Aunque Palmer cree que la mayor parte de la comida que recibirán los colonos será preparada y llegará desde la Tierra, también será necesario contar con una “dieta suplementaria” como los vegetales que se puedan producir en Marte.

Al respecto, dice que su equipo está ya pensando en hacer experimentos con “otro par de vegetales”, además de seguir explorando el cultivo de tomate para perfeccionarlo.

El proyecto duró en total dos años, de los cuales casi seis meses es lo que llevó el cultivo de tomate, desde la siembra a la recogida, en la llamada Red House, instalada en el Centro de Fabricación Avanzada y Diseño Innovador de Florida Tech. Para cultivar las plantas de tomate se usaron alrededor de 3.500 kilos de regolito, un tipo de polvo del desierto de Mohave que tiene características similares al del suelo marciano actual, y una potente iluminación LED.

El control constante de la temperatura y un riego regular contribuyeron también a que los tomates crecieran óptimamente. “Están ricos y tiene un aroma impresionante”, dice Palmer cuando se le pregunta por estos tomates con los que Heinz elaboró un “ketchup” especial que, por ser experimental, solo van a tener la oportunidad de degustar algunas personas vinculadas a la empresa, pues no va a ser comercializado. La “Marz Edition”, con la zeta final de Heinz en lugar de la ese que lleva la palabra “Mars” (Marte en inglés), es el resultado adicional de una de las investigaciones más prolongadas acerca de los desafíos y oportunidades para la producción de alimentos en el Planeta Rojo. 

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