Queimaliños, el luthier de Redondela que pone en valor lo artesanal

Beni fundó su taller en el año 2011.
photo_camera Beni fundó su taller en el año 2011.
Beni se reinventó como constructor de instrumentos después de la crisis del 2007, abriendo su taller en el año 2011

En ocasiones la gente debe reinventarse o morir y eso es lo que hizo Benito Emilio Queimaliños, Beni para los amigos, cuando la crisis del 2007 le “obligó” a buscar una nueva forma de ganarse el pan.

Queimaliños, recibió una formación centrada en la madera, cursando el ciclo de ebanistería y fabricación de carpintería y, posteriormente, trabajó en una empresa que se dedicaba a la construcción de yates de lujo. Gracias a la pasión que sentía por la música desde pequeño, lo cual le llevó a estudiar en el conservatorio, cursó construcción de instrumentos tradicionales y, concretamente, la especialidad de viento madera en la escuela de Artes y Oficios de Vigo. Toda esta formación fue lo que impulsó a Beni a abrir su taller en el año 2011 y, desde entonces, no ha parado de crear.

 

 

Ahora, Beni tiene su taller en el Camiño das Cabritas, Redondela, en el que incluso recibe visitas de peregrinos que han escuchado de su labor y acuden para algún encargo. “Como estoy a 800 metros del Camino mucha gente le pregunta a los vecinos para venir a visitarme al taller, como unos italianos que se pasaron hace poco”, afirma el luthier.

“Los instrumentos gallegos artesanos están de moda”, afirma Beni con orgullo. En Queima, su taller, construye una media de 50 piezas anuales entre gaitas, flautas de pico y traveseras, clarinetes primitivos y baquetas o mazos de bombos. “Los último que hice fueron dos gaitas que acabe hace cuatro días y, ahora, estoy haciendo unas flautas de pico, que requieren de mucha  dedicación y exactitud”, cuenta el luthier.

Beni no solo se dedica a la creación tradicional, sino que también tiene hueco para la investigación a favor de una elaboración artesanal más sostenible. “Ahora estoy empezando a desarrollar un proyecto de una gaita hecha con pakawood, un material hecho a base de láminas de madera frondosas prensadas con resinas termoestables, lo que le aporta una gran densidad y estabilidad”, cuenta Queimaliños que asegura que “no sabe” como acabará sonando el instrumento, pero que sería “una gran alternativa para evitar traer maderas de afuera” porque la gran parte de la madera empleada en el oficio llega de África o Sudamérica.

Queda claro que Queima Instrumentos representa los valores más arraigados en la artesanía de la creación de instrumentos tradicionales, así como el lado más innovador, el cual busca mejorar la técnica para que esta no quede estancada y así poder avanzar hacia los nuevos tiempos de la música folklórica.

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