GUERRA EN EUROPA

Los crímenes de Bucha tensan la negociación ruso-ucraniana

Unas trincheras hechas por los ciudadanos de Mariúpol.
photo_camera Unas trincheras hechas por los ciudadanos de Mariúpol.
El ejército invasor se prepara para lanzar en “tres o cuatro días” una ofensiva final en el Donbás

Las negociaciones para un alto el fuego en Ucrania se torcieron ayer entre acusaciones de que Kiev dio marcha atrás a algunos de los acuerdos alcanzados con Rusia en Estambul, mientras que el Donbás está a la espera de una inminente ofensiva final de las tropas rusas. “Vemos que el régimen de Kiev está controlado por Washington y sus aliados, que empujan a Zelenski a continuar las acciones militares”, afirmó Serguéi Lavrov, ministro de Exteriores ruso.

Las discrepancias en la mesa de negociaciones coinciden con la condena internacional de los “crímenes de guerra” supuestamente cometidos por las tropas rusas en la región de Kiev, especialmente en Bucha, símbolo de la brutalidad de la contienda. La retirada de las tropas rusas de la región de Kiev y de Chernígov y su reagrupación para centrarse en la conquista del este del país parece haber cambiado las cartas en manos de cada bando en conflicto, aunque ninguno parece dispuesto a renunciar a las conversaciones.

Lavrov, que ya vinculó hace días el “montaje” de Bucha con el interés en torpedear las negociaciones, denunció ayer un retroceso en las negociaciones debido a un repentino cambio de postura de Kiev, al que acusó de intentar “alargar” e incluso “abortar” el proceso. Precisó que el miércoles la parte ucraniana presentó “su proyecto de acuerdo” que abandona “puntos muy importantes” consensuados en la reunión del 29 de marzo en Estambul. “Seguramente en la próxima etapa la parte ucraniana pedirá la retirada de las tropas, añadiendo más y más condiciones”, agregó.

En respuesta, el asesor presidencial ucraniano Mykhailo Podoliak defendió que su delegación se comporta de manera responsable y acusó a Moscú de “presionar” a Kiev con declaraciones especulativas y provocadoras. “Lo importante es la fórmula de garantías de seguridad propuesta por Ucrania. Una fórmula clara, ponderada y con contrapesos”, dijo.

Por su parte, el ministro de Exteriores de Ucrania, Dmitró Kuleba, se mostró dispuesto a reunirse con su homólogo ruso “si eso ayuda a parar la guerra”. No obstante, precisó que por lo que oye “públicamente del señor Lavrov”, no es “optimista”. “Cada comentario que hace está menoscabando y bloqueando las negociaciones”.

La ofensiva final

Mientras, el Ejército ruso se prepara para lanzar en cuestión de “tres o cuatro días” la ofensiva final en el Donbás, según las autoridades de Lugansk leales a Kiev, que confirmaron “los preparativos de la operación ofensiva en el este de Ucrania, que tiene como objetivo establecer el control total sobre el territorio de las regiones de Donetsk y Lugansk”.

La Administración Militar de Donetsk informó ayer de un martilleo constante con artillería pesada a lo largo de la línea de separación de fuerzas. En el centro de Mariúpol los principales combates ya terminaron, según las milicias separatistas, aunque Kiev subrayó que sus tropas siguen resistiendo.

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