El yoga tomó Samil con cien personas bajo el cálido sol de junio

El maestro Luis Castro guió una larga y extensa sesión de yoga mientras los practicantes trataban de seguirlo, la gran mayoría con éxito.
photo_camera El maestro Luis Castro guió una larga y extensa sesión de yoga mientras los practicantes trataban de seguirlo, la gran mayoría con éxito.
La sesión +Deporte Atlántico contó con un centenar de personas que disfrutaron de las posiciones y movimientos propuestos por el monitor Luis Castro

El sol brillaba todavía en lo alto, pero cayendo poco a poco. Lo hacía en un atardecer cálido en Samil con alguna neblina y una ligera brisa, pero cálida, que no llegaba a refrescar la sesión. Bajo este contexto, con una temperatura superior a los veinte grados, pero sin abrasar, se vivió una jornada de yoga de gran afluencia, con un centenar de practicantes bajo la guía de Luis Castro de la mano de +Deporte Atlántico y el centro Shalom. 

 

 

Las esterillas se tendieron en la explanada del mercadillo y, tras el saludo inicial, comenzó la jornada con los cuerpos tendidos sobre el suelo. El momento inicial comenzó con una relajación con el sol calentando todo el cuerpo y “notar cómo la ropa tiene contacto con la piel”, relataba Luis Castro. Y se notaba antes de comenzar las respiraciones lentas y profundas para abrir la caja torácica.

 

 

Resultaría un instante de relajación antes de comenzar los movimientos más complicados. Accesibles, pero también con cierta complejidad de forma que los presentes con mayor experiencia en el yoga seguían paso a paso las consignas de Luis Castro, pero los novatos tenían algún que otro problema para completar al 100% cada movimiento, cada postura y cada respiración.

En todo caso, los minutos transcurrieron con giros, brazos extendidos, pies adelante y atrás y respiración, mucha respiración. Se iban soltando las dorsales, las costillas, también las lumbares o el cuello. Y el cuerpo parecía hacerse algo más flexible con la posición del guerrero, entre otras. Y, al mismo tiempo, entre movimiento y respiración descrita por Luis Castro, las amigas de la cuarta fila sonreían de forma cómplice. El mayor de la quinta alzaba la cabeza al sol con satisfacción o el niño de la esquina veía al guía para adoptar la postura, optaba por el ejemplo antes que por la voz.

Todo el recinto del mercadillo se llenó con las esterillas, los ‘yoguis’ y las camisetas de +Deporte Atlántico. Metros y metros de practicantes y, alrededor, bastantes curiosos observando la clase colectiva por medio de Luis Castro en esas horas en las que se junta el bañista en la retirada, el paseante con sus mascotas y las parejas que comen un helado antes de observar la puesta de sol. Llegan y se paran antes de pensar en que, probablemente, a la próxima sesión de +Deporte Atlántico sí opten por anotarse. 

 Y, casi de manera circular, los practicantes vuelven a tumbarse en la esterilla bajo la guía del maestro para relajarse tras mover piernas brazos, codos y hombros. Después de las posturas o el saludo al sol, se retoman las respiraciones profundas y el cuerpo regresa al estado de calma para tomar conciencia de sí mismo y, en algunos casos, llegar a tal nivel en la que el sueño comenzó a aparecer mientras, poco a poco, el sol comenzaba a despedirse por la zona de Cabo Home. 

Llegó el final y, con él, el deseo de regresar y, probablemente a Samil en un año, con motivo del Día Internacional de Yoga 2024. El de 2023 finalizó con una fotografía de grupo que, en esta ocasión, se reservó como despedida en lugar de saludo. Así transcurrió una jornada de yoga que estuvo en el centenar de participantes y que suma una nueva actividad al programa +Deporte Atlántico. Unos días antes, en el mismo lugar, se celebró el taichí y, en los próximos meses, habrá las ya clásicas citas de voleibol playa y tenis. Deporte para todos los gustos y niveles.

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