Dos años del Pitanxo en busca de "verdad y justicia"

Familiares de las víctimas, en el homenaje.
photo_camera Familiares de las víctimas, en el homenaje.
Familiares de las víctimas cumplen "dos años de sufrimiento y calvario" en busca de "verdad" y "justicia". El superviviente Samuel Kwesi se sumó a la ofrenda besando una rosa blanca que depositó ante la placa en recuerdo de sus compañeros

Vecinos y autoridades han arropado este sábado en la localidad pontevedresa de Marín a las familias de los fallecidos en el hundimiento del pesquero Villa de Pitanxo, durante el homenaje organizado por sus allegados con motivo del segundo aniversario del naufragio. Su portavoz, María José de Pazo, ha hecho un balance a estos "dos años de sufrimiento y calvario" a la espera de tener "una sentencia firme, en busca de la verdad", que les llevará a la "justicia". "Ese día por fin podrán descansar en paz los 21", ha señalado.

El encuentro se ha celebrado en torno a la placa que se instaló hace un año por estas fechas en el Paseo Alcalde Blanco, junto al puerto, y que contiene los nombres de las víctimas, de las cuales 12 no pudieron ser rescatadas. Ha contado con la presencia de numerosos representantes políticos -entre cargos del Gobierno central, la Xunta, la Diputación de Pontevedra, los ayuntamientos de procedencia de los fallecidos e incluso a nivel europeo- y de los candidatos a la presidencia de la Xunta del PP, del BNG y del PSdeG.

 

Al tratarse de la jornada de reflexión previa a las elecciones gallegas, María José de Pazo ha aclarado al comienzo del acto que el "único objetivo" de este homenaje ha sido "por y para los 21 fallecidos" y, por extensión, a la "familia del mar".

"Muchos habéis tenido compromiso, que no sea solo hoy", ha pedido la portavoz de las familias dirigiéndose a las autoridades. "Los que no lo tuvieron están a tiempo de tenerlo", ha solicitado, argumentando que "esta va a ser una lucha larga en la búsqueda de justicia y el esclarecimiento de las causas" del accidente. María José de Pazo ha apelado al "corazón" de los representantes políticos para reclamarles "un compromiso que trascienda" de cara al futuro.

 

A pesar de la "pena" por este "triste" aniversario, la portavoz de las familias ha destacado que lo que les ha aportado "un poco de consuelo" en este tiempo ha sido conseguir que se llevase a cabo la misión para bajar al pecio, en aguas de Terranova. Una "reivindicación" que "ha merecido la pena", ha afirmado María José de Pazo, por los "datos tangibles" obtenidos para el informe pericial, que permitirá "una instrucción profunda y rigurosa" del caso, ha precisado.

La representante de las familias también ha confiado en que esta "desgracia tan grande que asoló Galicia, España y Europa" marque un "punto y aparte" desde el punto de vista de la "gravísima siniestralidad" que ha supuesto este accidente, sirviendo como "reflexión para que las cosas mejoren", tanto en la seguridad de los tripulantes, como en los protocolos cuando se produzcan víctimas y, en general, "para toda la gente del mar". "Ya que nadie nos va a devolver a los 21 que nos faltan, que ellos sirvan para mejorar y avanzar", ha insistido, "y que no vuelva a pasar".

Así, se ha referido a la presencia de integrantes de la Confederación Española de Pesca (Cepesca), elogiando que "mucha gente del sector es un orgullo", frente a otra parte de la patronal "que no es como debe ser" -en alusión a la casa armadora del Villa de Pitanxo, Pesquerías Nores- y con la que "hay que ser críticos". María José de Pazo ha demandado que "las cosas tienen que cambiar" y "a la que no cumple hay que apartarla".

Samuel Kwesi

Entre los momentos más emotivos de este homenaje ha resaltado la discreta participación de uno de los tres supervivientes del naufragio, Samuel Kwesi, cuyo testimonio contradijo la versión oficial de la empresa armadora sobre la tragedia ocurrida el 15 de febrero de 2022 frente a la costa de Canadá. María José de Pazo se ha referido a él como una "persona fundamental, el mayor estandarte en la búsqueda de la verdad", por lo que le han dedicado repetidos aplausos durante el acto.

"Este hombre es más sólido que esta placa, en valores, en defender la verdad", ha recalcado la portavoz, calificando a Kwesi como un "faro" y un "ejemplo para las familias" por su "valentía" al no dejar "prevalecer la mentira" e impedir que "quisieran tapar la dignidad" de los fallecidos.

"Es muy triste que a estos 21 trabajadores del mar ni siquiera le quisieran respetar su dignidad", ha reprochado María José de Pazo, asegurando que las familias seguirán "buscando la verdad", con la certeza de que Samuel Kwesi representa "la voz" de las víctimas y que va a "estar como una roca de granito".

El marinero ghanés no tomó la palabra, pero se sumó, como un vecino más, a la ofrenda floral con la que finalizó el acto. Samuel Kwesi fue una de las últimas personas en depositar una rosa blanca -que previamente besó- ante el monumento a sus compañeros, secándose las lágrimas mientras el público volvía a aplaudirle.

Además de María José de Pazo, también ha intervenido el presidente de la Federación Nacional de Cofradías de Pescadores, Basilio Otero, a quien la portavoz de las familias ha agradecido su apoyo y "clarividencia" a lo largo de estos dos años, especialmente reclamando la inspección del barco. Otero ha calificado como "el acto más heroico" lo que mueve a alguien a "dejar a su familia para ir a buscar alimento para los demás". En este sentido, ha justificado la necesidad de "atender" a quien sufre un suceso como el del Villa de Pitanxo.

Investigación judicial abierta

En los dos años que han pasado desde la tragedia, los familiares de las víctimas no han cesado de pedir que se busque la verdad de lo ocurrido, al encontrarse contradicciones entre las versiones de los tres supervivientes. En la actualidad, el caso está judicializado, con una investigación que apunta hacia la figura del patrón del buque, Juan Padín.

Aquel martes, pasaban unos minutos de las 5.00 horas de la madruga en España cuando saltaron las alarmas, informando de que el buque estaba sufriendo problemas en las gélidas aguas del Atlántico Norte, una zona próxima al lugar donde se hundió también el mítico Titanic en el año 1912.

Según relatan las únicas tres personas que salvaron sus vidas, todo ocurrió muy rápido y en cuestión de 20 minutos el barco ya se había sumergido por completo, quedándose menos de diez marineros en un bote a la deriva durante cinco horas, hasta que fueron encontrados por otro pesquero gallego, el Playa Menduiña 2. Sin embargo, muchos de los que estaban en la balsa, que tenía una fuga y estaba inundada, no soportaron las bajas temperaturas y fallecieron antes de ser rescatados. Así, solo el capitán del buque, Juan Padín, su sobrino, Eduardo Rial, y un marinero ghanés, Samuel Kwesi, lograron sobrevivir a la tragedia.

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