Rueda apunta que lo hace con la “petición expresa” de que el Ejecutivo actúe en el agua, como ya confirmó ayer
La Xunta incrementó este martes a situación 2 el plan anticontaminación (Camgal), que hasta ahora se encontraba en el 1, porque el Gobierno “exige ese requisito” para trabajar en el mar para la contención del vertido de ‘pellets’ de plástico desde un barco frente a la costa de Portugal. El propio país vecino emitió el día 8 de diciembre un informe sobre la pérdida de seis contenedores del carguero “Toconao” frente a las costas de Viana do Castelo que se trasladó a las autoridades españolas.
A preguntas de los medios de por qué se tardó hasta este martes en elevar ese nivel anticontaminación, Rueda respondió que “nos están exigiendo que hagamos esto, parece ser que durante un mes no había por qué hacerlo, cuando llegan a la playa es cuando se dan cuenta de que se tiene que actuar en el mar”. “Se nos exige ese requisito”, aclaró. “Si hace falta esa declaración, declaración hecha, pero para que hagan este trabajo”, insistió. “Estoy seguro de que si esto fuera en otra comunidad autónoma, en Cataluña, por ejemplo, no estarían con estos requisitos que nos están exigiendo para activar su colaboración”, reprochó Rueda. Aseveró que la “Xunta no tiene ningún problema” en aumentar el nivel anticontaminación, pero lo hace “con una petición muy expresa” de que el Gobierno trabaje en el mar para “impedir” la llegada de los pellets a la costa, al prever el Gobierno gallego una llegada mayor de estas bolas de plástico a partir de este sábado.
Por su parte, la ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, aseguró a través de sus redes sociales que “el equipo de la Dirección General de Costas trabaja ya con los técnicos del Gobierno de Asturias definiendo las actuaciones de limpieza de pellets” y que tras el anuncio de la Xunta, “nos ponemos manos a la obra en Galicia”.
Todo ello en la jornada en la que se dio a conocer el primer informe encargado por la Xunta para determinar la posible toxicidad de los pellets encargado al CETIM, un centro tecnológico privado de Culleredo, que concluye que se trata de elementos no peligrosos y que incluso son aptos “para uso alimentario”. Sin embargo, no se analizaron los pellets en sí mismos, sino que se realizó “en base a las fichas técnicas”.
