Los muy entusiastas pobladores de la campaña tras el telón

Elecciones Generales 2023

Los partidos se apoyan en militantes y simpatizantes para sacar adelante la logística básica de las dos semanas de locura electoral

Militantes del PSOE, repartiendo material electoral.
Militantes del PSOE, repartiendo material electoral.

Cualquier campaña electoral es un pequeño universo que se infiltra en el día a día como un vendaval de extramotivación, ganas de convencer y capacidad de seducción. Los actores principales son las candidatas y candidatos, que exponen su rostro y sus ideas ante diferentes colectivos en actos más o menos multitudinarios y que se pasan por los medios con mucha más asiduidad de lo común.

Pero, a su alrededor, es preciso que cada candidatura conforme un grupo de apoyo que los lleve de un lado a otro y que permita que en cada lugar al que lleguen esté todo preparado. Y que, además, se encargue de tareas farragosas en la sombra en torno a toda la logística precisa no sólo para la campaña, sino también para el propia día de las elecciones, que genera más de un quebradero de cabeza.

En las sombras, centenares de personas unen a su quehacer habitual, en la mayoría de los cosas, todas esas labores de retaguardia. Aunque en esta ocasión, muchos también sacrifican sus vacaciones, lo que les concede más tiempo para donar a sus ideales.

El PSOE es el partido que prefiere no tirar de simpatizantes y basarse en su amplia militancia. Así, asegura que maneja sobre 3.000 ‘obreros’ en toda la provincia, una tercera parte de ellos en Vigo. Desde la elaboración de los programas y la participación en charlas y mesas, cuestiones más teóricas, hasta labores casi puramente físicas, como el reparto de propaganda o la pegada de carteles. De entre ellos, además, saldrán los en torno a 2.000 apoderados e interventores que, de forma gratuita -se recalca-, se repartirán por las mesas el próximo domingo.

Menos espectacular al redondear la cifra es el Partido Popular, quien fija en el entorno de las 700 las personas que colaboran durante la campaña. En el caso de los populares, no todos son militantes, pero sí simpatizantes de, en su mayoría, larga relación con el partido. Del reparto de propaganda y del pegado de carteles pocos se libran. Pero hay otras tareas claves como la logística de los actos o el no siempre agradecido ensobrado de las papeletas. Y, el domingo, las mesas electorales.

Por su parte, el BNG también une a sus militantes a los que se sitúan bajo el paraguas de los simpatizantes. Unos 850 se mueven durante estas dos semanas por el área de Vigo en una campaña que está siendo, de manera especial, muy de calle. A todas las labores comunes con el resto de partidos, se une la siempre no valorada de la megafonía anunciando los actos. Un sonido muy típico de una época de campaña electoral que, durante unos días, trastoca la vida de todos. Pero de unos cuantos entusiastas, mucho más.

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