Los guardias de Barbate ya avisaron de la falta de medios

Llegada de uno de los detenidosa los juzgados el lunes en Barbate.
photo_camera Llegada de uno de los detenidosa los juzgados el lunes en Barbate.
Familiares de las dos víctimas insisten en pedir explicaciones y responsabilidades a la Administración

La pareja de Miguel Ángel González, el guardia civil natural de San Fernando (Cádiz) fallecido el pasado viernes en Barbate junto a otro agente de Barcelona, David Pérez, cuando fueron arrollados por una narcolancha, denuncia que su trabajo era, como miembro de los Grupos de Especialistas en Actividades Subacuáticas (GEAS), “rescatar personas” y que no se dedicaba a “ir detrás de narcos”.

En una intervención en un programa  de televisión, Alba aseguró que su pareja “luchó para que por lo menos estuviesen en las condiciones que merecían estar” en materia de seguridad y que “no se merecía acabar así”.

“No se merecía esto, ni él ni nadie, pero él en concreto no se merecía acabar así. Ese no era su trabajo, allí no había personal suficiente y mi pareja era Guardia Civil pero del GEAS. Se dedicaba a rescatar a la gente con vida o sin vida y no se dedicaba a ir detrás de narcos, ni tenía que estar ahí”, contó la mujer.

Miguel Ángel fue condecorado a título póstumo con la Cruz de Oro de la Orden del Mérito de la Guardia Civil, una insignia que Alba rechazó al considerar que “no deberían de dar medallas cuando una persona ha fallecido por haber fallecido”. “No queremos ninguna medalla... Se debería valorar el trabajo que hay allí, y que pague el que tenga que pagar”, manifestó.

Mientras, la madre de este Guardia Civil, Francisca María Gómez, relató ayer cómo su hijo le transmitía la falta de medios disponibles en la zona, dónde “sólo había diez guardias civiles de los GEAS y dos estaban de baja”. “Me decía que los medios no eran los suficientes, que allí estaban muy desamparados”, pero “siempre como una anécdota” para “que no me preocupara”, recordó. “No quiero entrar en política, ni en quién tuvo la culpa, ni en quién mandó la orden. Hay quien tiene que presentar su dimisión. Y no solo uno, más de uno, tienen las manos manchadas de sangre”, explicó Francisca.

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