Paula Sanmartín: "Al segundo día, el árbitro ya me llamaba por el nombre"

Paula Sanmartín.
photo_camera Paula Sanmartín.
"Los directores ya me conocían, aún así es bastante chocante ver a un mujer y tan joven; me acogieron bien", directora del Vigo Rías Baixas

 

¿Cómo fue la experiencia de debutar como directora?

Estuvo bien. Ya el año pasado había dirigido un par de carreras al hacer las prácticas para el curso siendo la única mujer y este año fue el debut. Me acogen bien y los ciclistas me hacen caso, así que salió todo bien.

¿Cómo llega al puesto?

En el Rías Baixas siempre se preocuparon por mí. Cuando lo dejé, me preguntaron si era porque quería o porque no tenía equipo. Gracias a ese respaldo, empecé en el equipo como auxiliar y aquí estamos, este año oficialmente como directora. Es una forma de estar vinculada a este deporte que me gusta y, en lugar de estar sufriendo sobre la bicicleta, sufro en el coche, que también se pasa bastante mal.

En el coche se puede ordenar, pero no se puede correr. 

Yo puedo dirigir desde el coche lo poco que se puede ver y asistirlos en caso de que haya algún pinchazo. Si hay problemas, es cuando sufrimos. Aún así, los ciclistas tienen que tener claro lo que hay que hacer. 

Y la categoría élite no es como los profesionales actuales, que llevan la pantalla en el coche. 

Hay carreras que tenemos streaming con la televisión para ver lo que pasa, pero en Zamora no había y tienes que ir atendiendo a lo que te dicen ellos, a Radio Vuelta y a lo que puedas ver tú desde el coche 15 de la caravana. Y menos mal que nuestra equipación se vio bien, pero sí que cuesta. 

¿Cómo es el proceso de preparar y dirigir?

Vas con una idea desde casa en función del perfil de la carrera y los ciclistas que llevas para plantearla. Lo que pasa es que una vez que hablas con ellos y ves cómo están de sensaciones porque alguno igual no va bien. O pasan cosas en carrera y hay que cambiar sobre la marcha. Por eso la táctica va cambiando y tienes que ser ágil. A la hora de hablar y tener la charla, los ciclistas ya saben, más o menos, lo que tienen que hacer. Sí que se modifican cosas y, por ejemplo, en Zamora nos pasó que el que íbamos a llevar de líder se echó una crema de calor en las piernas y, al dar el sol, le quemaban las piernas un montón y quedó eliminado. Ya tuvimos que modificarlo.

Lleva varios años en el equipo, ¿cómo fue el paso a ser directora?

Me animaron ellos. Gerardo Chamorro, que también tiene el curso, me digo: “venga, ponte a hacer el curso conmigo”. Y así surgió. La verdad, es que no tenía pensado hacerlo porque tampoco tenía pensado ponerme a dirigir. Lo que pasa es que una vez que en el Vigo Rías Baixas me dieron esa opción y se mostraban contentos conmigo, di ese paso.

¿Vino gente a hablar con usted al debutar?

Lo que más me sorprendió es que el árbitro, la segundo día, ya me llamaba por mi nombre. Ya no era directora del Rías Baixas, era Paula. Y es algo que te choca un poco. Los directores de otros equipos, ya me conocían y saben que estaba en el equipo. Aún así, es bastante chocante ver las caras porque era un poco: “uy, que hace esta chica aquí”. 

Y también por una cuestión de edad. 

Claro, claro. La mayoría eran mayores que yo. Aparte de ser un mujer, que no había, creo que era el director de menor edad. Y sí que choca, pero no hubo más que eso. Todo fue bien. A los corredores ya los conocía a todos. Solo no conozco a dos, pero con ellos aún no coincidí. Nos conocemos bien y la relación es buena. 

Además de hacerse directora, desde que dejó la bicicleta, terminó los estudios. 

En cuanto colgué la bicicleta, me puse a tope con la universidad. Finalicé la carrera de Químicas, hice el máster y ahora ya estoy trabajando con un doctorado de cuatro años. Ya me costaba antes organizar el tiempo para entrenar y estudiar y, ahora, me es incluso un poco más fácil porque ser directora lleva su tiempo, pero no tanto como entrenar todos los días. Lo gestiono mejor. Eso sí, no descanso, porque por la semana trabajo y al llegar sábado y domingo, toca meterse un viaje hasta Murcia o así. Y tienes que volver y al día siguiente trabajar, pero nos gusta esto y es lo que hay. 

Como director, supongo que disfruta más en la preparación y en el análisis de después, que metida en el coche. 

Claro, en la carrera vas con la tensión, ves la carrera y estás centrada en lo que pasa a cada momento. Una vez termina, sí que te pones a pensar en si lo hicimos bien, mal o si hay cosas que mejorar.

Forma con Suso (62 años) una pareja en la que él es de los más veteranos y usted la más joven. 

Somos una pareja curiosa. Yo aprendo cosas de él y supongo que él también de mí. La verdad es que es un sol. En lo referente a los temas de entrenamiento y las alineaciones de las carreras, lo lleva más él porque es el que más datos analiza. Y es mejor que lo lleve sólo un persona porque si es entre dos, se forma más lío. Pero sí que analizo mucho y veo los datos porque, en su día, entrenaba yo con ellos y me gusta ver todo lo que hay. 

¿Se fijaba en las tácticas cuando corría? 

Ya me gustaba este aspecto cuando competía. Lo que pasa es que en femenino era más complicado hacer tácticas porque los equipos estaban más desestructurados. Hay corredoras que andan bien y otras no tanto, por lo que es más complicado hacer las tácticas. Pero siempre me gustó ver el trabajo de los equipos y lo que hay que hacer. 

Se da la circunstancia que, además, el campo amateur es un poco el ‘sálvese quién pueda’. 

El problema es que se juntan ciclistas que salen de juveniles, que son muy jóvenes, con otros muy veteranos que saben lo que hay. A los que empiezan, hay que centrarlos mucho y hacerle saber que no siempre tienen que terminar las carreas, que lo importante es hacer el trabajo y quitarle el trabajo a los líderes de ese día. Lo que pasa es que llegan mucho con la idea de que tienen que terminar y, al quedarse, se estresan, se agobia o se fustran… Y hay que estar ahí, para decirle: “tranquilo, ya está. Relájate”. Después, si los veteranos están centrados, saben guiar a los jóvenes para que aprendan a manejarse en el grupo y enseñarle lo que tienen que hacer.

¿Se tarda mucho en aprender a correr en grupo?. 

Depende mucho de las carreras que hagan. A unos le lleva años y a otros en un par de ellas ya lo tienen. Es el tiempo que necesitan para adaptarse y decir: estoy aquí y soy tan ciclista como cualquiera. 

¿Se ve como directora profesional? 

No, no. Yo de momento me quedó aquí en el Rías Baixas, que estoy muy bien. Mi prioridad es el trabajo, que también me gusta mucho, y quiero aprovechar esta oportunidad que tengo de cuatro años, de hacer un doctorado. Es seguro que voy a pasarme todo este tiempo aquí en Vigo, así que seguiré en el Rías Baixas, si el equipo quiere, claro. 

¿Echa de menos correr? 

La verdad es que no. Tengo tantas ocupaciones en otras cosas que ni pienso en la bicicleta ni salgo con ella. No sé si es cuestión de que me obligué mucho a entrenar cuando ya no tenía ganas, no lo sé. No necesito la bici, ni me llama. Estoy en el ciclismo igual y sí que sé que tomé la decisión correcta de dejar la práctica activa del ciclismo.

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