Se define como un alma creativa, Virgil Abloh es su diseñador de referencia y la ‘biker’ la prenda que más le gusta. Cuando era niña siempre estaba inventando. “Eso me cuenta mi madre, ella customizaba mi ropa y me encantaba ir a casa de mi abuela a disfrazarme con sus prendas, que hace 30 años ya eran súper cool”. Habla Patricia Ferreira (Vigo, 1990), fundadora de Mekkdes, marca que con el tiempo se convirtió en cabecera de famosos como Antonio Orozco, Pablo López o Dani Martín y también de una “gran familia de clientes” por todo el mundo que llevan las colecciones que produce en las instalaciones que tiene en Mos.
¿En qué países vende Mekkdes?
Al vender online estamos abiertos a todo el mundo, pero sobre todo vendemos en España y Portugal. En Alemania tenemos bastante clientela y cada vez más en California, Miami y México, donde estamos ampliando mercado.
¿Cuánto representa el negocio online?
Empezamos al cien por cien online, hace un año representaba el 75% y ahora nos situamos en el 50/50 porque estamos en un proceso de expansión del canal multimarca. Tenemos una tienda física propia en Vigo y vendemos en multimarca en España, Portugal y la idea es triplicar estos puntos de venta.
Vive a caballo entre Vigo y Los Ángeles. ¿Le inspiran estas ciudades?
Tener un pie en cada continente es una riqueza creativa absoluta a todos los niveles. Los Ángeles es inspiración pura, energía y movimiento constante y falta de prejuicios. La gente apuesta por lo real y lo diferente y es como una ventana a lo que todavía no nació y se está gestando. Vigo es Mekkdes, es casa, es familia, es mi cable a tierra y lo que permite el 'made in Spain', que para mí es muy importante. Por mucho que vaya a LA, me inspire y vea tendencias, Mekkdes siempre va a estar asociado a Vigo.
Fabrican en Mos. ¿Qué ventajas supone la producción local?
La ventaja número uno de producir en casa es la calidad porque tenemos el control absoluto de todo el proceso. Hacemos el patronaje, el prototipo, la producción y eso permite ofrecer calidad. El pero es el coste, que es mucho más alto porque partes de una infraestructura fija y de un equipo. El problema es que empiezas el mes con un menos (en negativo) y ceros. Creo que la producción local es la única opción viable ahora mismo para poder asegurar la calidad, que es lo que nos define.
¿Qué importancia tienen las redes sociales para su empresa?
Instagram nació en 2010 y Mekkdes en 2011 y junto con mi blog eran las dos ventanas de la marca. Las redes sociales siempre van a tener un peso muy grande porque a la gente le podemos enseñar qué pasa dentro. Al producir aquí podemos mostrar cómo estamos cortando una prenda o cosiendo. Precisamente este proceso de expansión en multimarca que estamos afrontando viene un poco por esto, porque al final en Instagram no puedes tocar el gramaje de un tejido y no se aprecia la calidad. En la foto es fácil “engañar” sobre si la calidad es buena o no con un planchado perfecto por ejemplo.
¿Qué opina de las colecciones de moda que lanzan los influencers?
Pregunta delicada. Para ellos es una parte del negocio y de ingresar más, pero, sabiendo las infinitas horas que hay que dedicarle, diría que tienen que contar con un gran equipo o empresas de moda porque es la única forma de hacerlo viable. En moda hay que bajar al barro. Hay gente en nuestro sector que se frustra bastante con esto, con el éxito que pueda tener una marca sin que haya un diseñador como tal detrás. Creo que el tiempo es el mejor juez, quienes tengan el mejor equipo detrás se mantendrán y el resto acabará cayendo por su propio peso.
¿Qué aconseja a alguien que quiera emprender en el mundo de la moda?
Lo primero, llamarle valiente. Desde mi humilde opinión, que sea fiel a su esencia al cien por cien, adorar lo que haces porque emprender implica no entender de vacaciones y horarios y rodearse de un buen equipo que comparta la misma visión y pasión por el proyecto. Ser paciente también es súper importante.
¿Qué piensa si le digo Shein o AliExpress?
Que es justo lo contrario a Mekkdes porque prima el precio muy por encima de la calidad y la inmediatez, el lo quiero aquí y ahora y me da igual lo que vaya a pasar con el resultado. A nosotros nos cogieron fotos de nuestras prendas directamente de la web y las subieron a la suya. Es frustrante, pero ya cambiamos el chip y dijimos, que sigan copiando que seguiremos reinventándonos. Al final todo se cae porque la calidad se demuestra y la esencia sale por otro lado. Me quedo con eso porque darían ganas de cerrar el chiringuito.
Empezaron con ropa de mujer, después de hombre y también tienen calzado y complementos. ¿Hay espacio para más?
Las puertas nunca se pueden cerrar y más cuando te dedicas al mundo creativo. La expansión en multimarca y crecer en el canal online a nivel internacional es ahora nuestro objetivo, pero si me ofrecen algo que puede encajar con la marca, conociéndome voy a decir que sí.
¿Le gustaría hacer una colaboración con alguna marca o diseñador?
Hicimos una colaboración con una marca gallega de gafas en la que creía porque compartíamos filosofía y diseñamos la camiseta oficial de O Son do Camiño, que es un festival al que vamos todo el equipo. A lo mejor me gustaría ir más allá de un diseñador y de una marca y salir de la moda y que fuera más asociado al mundo del arte, la música o lo tecnológico.
Antonio Orozco, Pablo López o Dani Martín visten sus prendas. ¿Qué siente cuando los ve con ellas?
Es un subidón. No quiere decir que sean más importantes que el resto de clientes porque estos son los que hacen posible Mekkdes y no lo digo por quedar bien, es la realidad. Pero es verdad que estos famosos hacen de altavoz y cuando ves en un escenario a alguien a quien admiras luciendo tus prendas es un empuje más para decir, ¡venga, vamos a seguir luchando! Estos tres músicos son personas que demostraron que no creen en lo inmediato y que hay que luchar en el camino, que es la filosofía de Mekkdes, donde apostamos por lo real y la esencia.
Cuéntenos la historia del nombre de Mekkdes.
Mekdes, con una 'k', es el nombre de mi ahijada, que llegó de Etiopía con seis meses. Al empezar en el colegio le decían que tenía un nombre raro y ella llegaba a casa y decía que lo quería cambiar porque no le gustaba. Cuando yo buscaba nombre para mi proyecto tuve claro que iba a ser Mekdes, luego le añadí otra ‘k’, para que ella sintiera que no tenía un nombre raro y diferente. Ahora ya no piensa igual.
