José Antonio Portela nació en Ciudad de México en 1951, hijo de emigrantes de Avión, en Ourense, pero lleva en Vigo desde los once años. Cumple ahora cuatro como presidente del Real Club Náutico, aunque antes pasó otro en funciones, y anuncia que su intención es repetir. Es un histórico: estuvo en las directivas de Arbones, Ballesta y Tapias. Cree que no hay nada como el Náutico, pero admite que el principal reto es mantener la masa social, hoy de 3.000 carnés.
¿El Náutico es casi tanto como el Celta?
Es un orgullo representar una institución tan emblemática como es el Náutico, o el Celta. El Náutico y Vigo es una sola entidad.
El Náutico paso por malos momentos pero aguantó. ¿Cómo hicieron para salir a flote?
Hemos pasado y pasamos aún momentos no difíciles, pero sí complicados, los presupuestos los tengo estabilizados, ingresos y gastos están controlados y al final del ejercicio tenemos un beneficio de algo más de 100.000 euros. Pero tenemos una ‘mochila’ de dos millones y medio (la deuda pactada), ese es el problema. Ir poco a poco pagando esa mochila nos cuesta muchísimo trabajo, a base de mucha gestión y controlar los gastos, lleva mucho trabajo. El Náutico por supuesto que tiene futuro, pero hay que dedicarle mucha gestión y mucho ‘sentidiño’.
¿Tardarán mucho en pagar los dos millones y medio?
Quedan casi dos millones y 200.000 euros. Estamos pendientes de firmar unas negociaciones con Abanca, el acreedor mayor, para aplazar ese dinero a un pago de 15 años que nos va a dar pulmón y aire para poco a poco ir solventando.
¿Entonces han pasado los peores momentos?
Estamos en ellos, pero se podría decir que sí.
¿Crece la masa social o ya es imposible?
Lo más importante en cualquier entidad no es ganar socios, sino mantenerlos, porque la sociedad ha cambiado, los tiempos han cambiado, hoy en día hay más alternativas de ocio, todo el mundo tiene coche y se puede ir fuera. El caso es mantener la masa social, no va a aumentar, aunque los estamos intentando, pero que no disminuya. Con esas cifras, el Náutico está bien. Ahora tenemos 3.000, en tiempos históricos hubo 11.000.
¿Prevén expandirse de nuevo? Por ejemplo, construir otro puerto deportivo o ampliar el actual.
El puerto deportivo teníamos que haberlo ampliado hace unos diez años. Había proyecto, pero la situación económica no lo permitía. En este momento antes de septiembre logramos una subvención de 85.000 euros por parte de la Xunta que nos va a permitir reparar el pañol y meter 12 ‘fingers’, que nos va a permitir ampliar el puerto en aproximadamente 50 barcos.
¿Qué le gustaría que se hiciera en el entorno de las Avenidas y Casa Pepe, que se tiene que ir?
Es una zona de ocio fantástica. Metería algo relacionado con el mar en esa zona emblemática, el kilómetro cero de Vigo, donde llegan los cruceros. Me pensaría mucho lo que van a hacer. Es una oportunidad de la ciudad de Vigo de tener un escaparate espectacular. Creo que habría que gastar dinero y aportar ideas, no la primera que les venga en mente. Hay que pensarlo. En su momento iba a ir la piscina, pero está olvidado. Es una oportunidad única de un espacio de 6.000 metros cuadrados para hacer cosas.
La piscina continúa siendo un problema. ¿Hay solución?
No hay solución. Las piscinas hoy se hacen de poco calado, de metro veinte, la nuestra tiene hasta tres metros, es calentar miles de metros cúbicos de agua, pero además las piscinas se hacen ahora con techo bajo, y el nuestro es altísimo. Y no solo es calentar el agua sino todo el aire, miles de metros cúbicos. ¿Tiene solución? No. Forma parte de esos apartados que tiene el Náutico que unos dan dinero y otros pierden. La piscina pierde dinero, pero forma parte de esos 3.000 socios que tenemos que la utilizan, es un valor.
¿Y tirarla y hace otra nueva?
No, es mucho. Si la tiramos ya no la hacemos, no es rentable.
¿Imagina cómo será el Náutico en treinta años o será igual?
Tiene que cambiar. Cada día el público exige cosas nuevas, actividades nuevas, tiene que cambiar. Qué sucede, que el cambio es muy complicado a priori. Habría que hacer una inversión muy fuerte en cambiar las estructuras, el edificio, arreglarlo, crear nuevas actividades, el mundo cambia. Es difícil. Ahora pienso ya como el Cholo, “partido a partido” y después ya veremos.
Cumple los cuatro años de mandato en noviembre. ¿Va a seguir?
La idea a priori es continuar, pero estoy abierto totalmente a que haya personas, socios del club, que estén dispuestas a formar una junta directiva nueva. Todo lo que sea aportar, será bueno para el club. Hay que involucrar al socio, que lo viva. En principio, la idea mía es presentarme de nuevo, luego lo que los socios decidan es otra historia.
¿Qué tal sus relaciones con el Puerto, lo que está más cerca de ustedes, han pedido algo?
Las relaciones no son buenas, sino excepcionales. Carlos Botana (presidente del Puerto) me parece un profesional increíble y cualquier cosa que solicita el Real Club Náutico, partiendo de la base que solicitamos cosas lógicas, nunca nos han dado un no. La relación que tenemos con la Autoridad Portuaria la quiero trasladar al Concello, a la Xunta y a la Secretaría Xeral de Deporte.
