La viguesa Soling echa el cierre y despide a la plantilla

Los trabajadores de Soling, ante la empresa.
photo_camera Los trabajadores de Soling, ante la empresa.
Los trabajadores denuncian ante Trabajo el cese de actividad tras una “venta fraudulenta”: se enteraron del ERE por Whatsapp

La auxiliar viguesa del naval Soling Instalaciones cierra y despide a sus 70 trabajadores. La empresa cambió de dueño de un día para otro, los anteriores propietarios están en paradero desconocido y el nuevo administrador se desentiende. “Nos lo esperábamos, pero no las formas”, apuntaban ayer los empleados, estupefactos ante lo que se encontraron al llegar a las instalaciones. En la puerta había un papel en el que se les informaba de la necesidad de iniciar los trámites de un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) y que para llevar a cabo el proceso se pongan en contacto con el despacho de  Beta Legal, de Barcelona. “No hay nadie para atendernos y tenemos que llamar nosotros a los abogados. Es increíble que pasen estas cosas, no es manera de proceder”, indica Óscar Lorenzo, delegado sindical (CIG). 

 

 

El domingo ya habían recibido un adelanto vía whatsapp acerca de los despidos, que el sindicato trasladó a Inspección de Trabajo. “Dimos aviso para que vengan a certificar que aquí no hay actividad laboral. Esto lo que nos confirma es que es una venta fraudulenta realizada con el fin de despedir a los trabajadores y cerrar en falso”, apunta Xulio Fernández, secretario comarcal de CIG-industria.

El interlocutor se hace llamar Yakov Villasmil, persona que hace unas semanas se presentó en la empresa presentándose como el nuevo administrador tras venderse la compañía que hasta el momento llevaba la familia Mingo (Luis padre e hijo), de los que los trabajadores no saben nada. “No nos coge el teléfono, es un cierre camuflado”, indica Fernández. 

“Lamentamos profundamente las molestias, agradecemos compresión y colaboración y queremos asegurarles que estamos trabajando arduamente en negociaciones para intentar reestructurar la empresa y minimizar en la medida de lo posible el impacto en todos nosotros”, recoge el escrito firmado por Villasmil. 

El despacho de abogados, con el que este periódico intentó ponerse en contacto sin éxito, deberá tramitar ahora el ERE de extinción de contratos, a la espera de que Soling pueda declararse insolvente y presentar concurso de acreedores o preconcurso -este último procedimiento puede tener carácter reservado, lo que imposibilita una confirmación oficial por parte de los juzgados-.

Fuga de los astilleros

Soling dejó en la estacada a varios astilleros en los que estaba trabajando en Galicia, Asturias y País Vasco y, según pudo saber este diario, los anteriores dueños acudieron a alguno de Vigo hace unas semanas para cobrar por sus trabajos. Poco después, se produjo la supuesta venta de la empresa de la que la plantilla asegura no haber sido informada y ni siquiera sabe quién es la compañía que se quedó con el negocio. Villasmil, de Miami, figura como vinculado al sector inmobiliario en la red profesional LinkedIn, donde se presenta como director de desarrollo de negocios en Bedrock Consolidated, fusiones y adquisiciones.  Soling se dedica a instalaciones eléctricas en barcos. Fue adquirida en 2017 por Soil Instalaciones y antes fue Isolux.

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