La provincia de Pontevedra es la que mejor comportamiento tuvo con una pérdida del 1% entre 2019 y 2022
En Vigo están registradas 23.945 empresas, que es un 1% más que un año antes, pero que aún no recupera el nivel previo a la pandemia, según los datos del Instituto Galego de Estatística del año 2022. En 2019 el número de empresas en la ciudad superaba las 24.000, por lo que todavía queda un trecho de recuperación, que podría alcanzarse una vez que se hagan públicos los datos de 2023.
En la provincia de Pontevedra la situación es similar. Con datos de 2022, en la provincia están registradas algo más de 81.400 empresas, frente a las más de 82.000 del año 2019, previo a la pandemia.
La provincia de Pontevedra es la que mejor comportamiento ha tenido entre sus empresas tras la pandemia con una pérdida de apenas el 1% entre 2019 y 2022. Lugo es la provincia gallega con más pérdida en ese periodo, un 5%; seguida de A Coruña, donde el número de empresas cae un 3,5% y en Ourense un 2,5%. La media de Galicia es de una caída en el número de empresas en activo del 3%, según el IGE.
El dinamismo empresarial de un territorio viene determinado o condicionado en parte por las peculiaridades de su tejido productivo, que es el motor de crecimiento de su actividad económica y, por tanto, de la generación de riqueza, empleo y bienestar social.
En el último informe del Consello Económico e Social de Galicia “Informe sobre os impactos da Covid-19 na economía galega. Tecido empresarial galego e dinámica empresarial" también se recoge esta situación, al señalar que en Galicia en 2022 el número de empresas activas asciende a 196.530, que son 1.873 empresas más que el año anterior, lo que supone que la comunidad no recuperó el nivel existente antes de la crisis económica de 2008, cuando había en Galicia más de 200.000 empresas activas.
El tejido empresarial gallego representa un 5,7% del total estatal, lo que supone medio punto más que el peso relativo del PIB de Galicia en España (5,2%).
Por provincias y tomando como referencia 2008, la provincia de Pontevedra fue la que experimentó el impacto más negativo de la crisis financiera, con una reducción de su número de empresas activas del 6,9%. Vigo tampoco recuperó el nivel anterior a la crisis de 2008.
