Los sindicatos advierten en Vigo que habrá “un otoño caliente” con conflictos laborales y huelgas si no se suben los salarios. La carestía de la vida y la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores fueron las principales reinvidicaciones de las manifestaciones del 1 de Mayo, Día Internacional de los Trabajadores, que colocaron a la urbe viguesa como epicentro de Galicia con los actos centrales. Miles de personas acudieron a las multitudinarias marchas celebradas ayer en la ciudad, si bien un año más imperó la división sindical.
La CIG reivindicó más empleo, salarios y pensiones con una manifestación que partió desde la Doblada bajo el lema “Paremos o saqueo”. El secretario xeral de la CIG, Paulo Carril criticó en Vigo que los gobiernos español y gallego sean “incapaces” de tomar las medidas necesarias ante “una situación crítica de carestía e inflación galopante”. Así, avanzó que el sindicato continuará impulsando protestas como las huelgas del transporte de viajeros y del convenio del metal. “La lucha y la movilización es lo que permite conseguir otras políticas y mejorar salarios”, zanjó. En la manifestación de la CIG también estuvo presente la portavoz nacional del BNG, Ana Pontón, que reclamó una “salida justa” ante una crisis de los precios con “escandalosos beneficios” para sectores como las eléctricas o la banca.
Por otro lado, bajo el lema “Subir salarios, baixar prezos, repartir beneficios” salieron a la calle UGT y CC OO que hicieron un llamamiento a las patronales CEOE y Cepyme para lograr un pacto interconfederal que permita “un reparto justo de la riqueza”. “Urge un acuerdo inmediato de la negociación colectiva para que se repartan beneficios entre la clase trabajadora o habrá conflicto social", defendió el secretario xeral de UGT Galicia, José Antonio Gómez, en referencia a la defensa de cláusulas de garantía salarial en todos los convenios para que los sueldos crezcan en parámetros similares a la inflación. Su homóloga en CC OO, Amelia Pérez, también avanzó que habrá “un otoño caliente si no se logra el pacto de rentas y se protege a la clase trabajadora ante una subida desmesurada de la cesta de la compra y de los tipos de interés". El líder de los socialistas gallegos, Valentín González Formoso, también participó en la marcha.
Ambas centrales mostraron su preocupación por el coste del despido en España, donde “sigue siendo fácil y barato despedir” y celebraron los logros alcanzados con la reforma laboral, la de las pensiones o la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) como “arquitectura de protección social”. En materia laboral reivindicaron “políticas activas de empleo para una salida digna a los parados".
En las tres manifestaciones convocadas por CCOO y UGT por un lado, CIG en solitario y CUT, CGT y el sindicato ferroviario por otra parte, participaron diferentes colectivos como el de enfermeras, jubilados y pensionistas, los afectados por impagos en el naval, la plataforma de trabajadores del metal y de empresas como Bosch o Stellantis.
