Malos tiempos se atisban para la industria de la automoción anuncia el presidente mundial de PSA, Carlos Tavares, quien apunta a que en los próximos diez años habrá miles de despidos en el sector y cambio "profundo y brutal" en el sector. Así lo señala, dentro de un contexto global de fusiones y cambios radicales con la introducción masiva del coche eléctrico, en una entrevista realizada en el diario francés "Le Journal du Dimanche", donde señala de forma contundente las perspectivas a las que se enfrenta Europa .
En concreto, preguntado Tavares sobre si le preocupa una caída en las ventas después de que finalice el efecto de "sobrealimentación" a través de ayudas, hace una reflexión. "Esta es la razón por la que en PSA no estamos a favor de las primas que crean una distorsión del mercado y generan resacas entre los fabricantes", explica. "Estos subsidios, en definitiva, los pagan los ciudadanos a través de impuestos y nos impiden hacer lo que amamos: competir regularmente con nuestros competidores".
Interrogado con respecto a los vehículos eléctricos, señala Tavares que todo el mundo, "incluido yo mismo como ciudadano", está de acuerdo en ayudar a crear un planeta mejor para las generaciones futuras, pero advierte de las dificultades. "Los objetivos de CO2 impuestos a la industria en 2018 por Bruselas, que llevan al 30% de los vehículos eléctricos en 2025, al 60% en 2030, crean un cambio profundo y brutal", señala. En este sentido, indica que hay fuertes reestructuraciones -reducción de personal- que se repetirán. "No ha pasado inadvertido a todo el mundo que los planes de reestructuración se han sucedido en nuestra industria, que emplea a 14 millones de personas en Europa. Y eso es solo el comienzo. Habrá más reducciones de personal entre ahora y 2030", alerta con claridad con respecto a los despidos que vendrán.
Explica el presidente de PSA que con la electricidad, "hemos impuesto a la industria una tecnología cara que la mayoría de la clase media no puede comprar. Hoy en día, la estructura de costos es extremadamente alta y duplica el precio de un pequeño automóvil compacto urbano en su versión eléctrica. Mientras se espera el aumento de los volúmenes, se debe tender un puente entre el poder adquisitivo de los ciudadanos y el costo de esta tecnología. Eso es lo que hace el Estado". En este sentido, insiste Carlos Tavares quien augura que e esta década (2020-30) seguirá la reducción de plantillas, que denomina "restructuración". "El covid ha creado una avalancha precipitada. Ofreció la oportunidad de ecologizar la industria poniendo mucho dinero en diferentes direcciones. No podemos arrojar piedras a los políticos".
"El problema -añade- es quién se va a ocupar de las consecuencias sociales de todo Por supuesto, pero podemos ver que la sociedad no puede decidirse entre el declive, que promete el campo en la ciudad, y un crecimiento razonado gracias a la movilidad limpia. Estamos ante un lobby anti-automóvil muy poderoso. Me contenta con gestionar la razón de ser de la empresa: ofrecer a mis conciudadanos una libertad de circulación limpia, segura y asequible. Sé cómo hacerlo limpio, seguro, pero, por el momento, no sé cómo hacerlo asequible para todos", avisa a "Le Journal du Dimanche".
