Nacen en Vigo las primeras comunidades energéticas para bajar la factura

Miguel Morgado, director de Ecorés, empresa que ya tiene 7 comunidades energéticas en formación en Vigo.
photo_camera Miguel Morgado, director de Ecorés, empresa que ya tiene 7 comunidades energéticas en formación en Vigo.

Son agrupaciones de usuarios que quieren producir la energía que consumen y así ahorrar en la factura. La empresa Ecorés apoya la formación de 7 en Vigo 

Las comunidades energéticas son agrupaciones de usuarios que quieren producir la energía que consumen, con lo que reducirán su factura, y en Vigo ya están en formación las primeras. La empresa Ecorés Servicios Energéticos está apoyando la formación de 7 en la ciudad, de las cuales 3 ya han sido reconocidas y validadas por el Inega (Instituto Enerxético de Galicia). “Estamos trabajando también con comunidades de montes, asociaciones de comerciantes y grupos de vecinos”, explica Miguel Morgado, director de la compañía.

En Vigo ya trabajan en Saiáns, en una zona de baja producción para el monte; Zamáns, en una antigua cantera; y Vigo Centro, con el centro de producción en Valladares. En todos los casos con energía solar fotovoltaica.

Aunque el objetivo es el ahorro, las comunidades energéticas tienen más atribuciones, por ejemplo opción de participación en el mercado, pueden tener representación propia en los mercados para compra y venta de energía, o pueden hacer otro tipo de proyectos como mejora de eficiencia energética en los edificios.

De momento están en un proceso inicial, pero “lo ideal sería una comunidad de energía cada 100.000 usuarios”, precisa Miguel Morgado. Para ello hay en marcha ayudas y subvenciones para incentivarlas. “Las personas se quedan con que voy a gastar dinero y voy a llevar mucho trabajo, en lugar de pensar que hay empresas que pueden hacer todo el proceso, esto es un proyecto a 30 años”, señala el experto.

De hecho, en Ecorés entienden que el incentivo público no es suficiente y “tratamos de que sea la iniciativa privada la que dinamice las comunidades. Nosotros, de la mano del Inega, estamos formando grupos motor, que son 5 personas mínimo y a partir de este grupo irá creciendo la comunidad”.

“En nuestro caso hacemos la gestión de la comunidad, que incluye todo tipo de tramitaciones administrativas, de licencias y trabajos previos. También en el proceso siguiente, en el día a día intermediamos entre usuarios y comercializadora. Cuando llegue la factura a casa dirá habéis consumido 100 kilovatios hora y habéis producido 120 y está compensado en la factura”, explica gráficamente.

Ecorés nació hace tres años para dedicarse a las comunidades de energía cuando estaba ya muy introducido en Europa, pero en España era incipiente. “Nosotros hacemos todo el servicio integral durante los 30 años. Desde que se juntan cinco personas y damos todo el apoyo técnico y jurídico, la instalación de la generación y mantenimiento. El usuario solo tiene que firmar su entrada en la agrupación”.

El experto señala que son necesarios unos dos años desde que la comunidad energética tiene todo claro y hasta que empieza a funcionar. “Es el único modo de empoderamiento energético. Se trata de una herramienta poderosa porque además los beneficios de la planta se pueden reinvertir”, concluye Miguel Morgado.

El Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) resume que las comunidades energéticas suponen una mayor participación de la ciudadanía en el sector energético,  crucial para el cambio y para garantizar el derecho de acceso a la energía.

Dos fórmulas para el empoderamiento energético

Hay dos figuras de comunidades de energía: Comunidades de Energías Renovables (CER) y las Comunidades Ciudadanas de Energía (CCE). 

Para las primeras hay más condicionantes y uno de ellos es la proximidad, son 2.000 metros desde el punto de consumo al de producción, también está limitada la entrada para grupos de vecinos o comunidades, más centradas en la localidad o un polígono industrial, precisa el director de Ecorés.

Las segundas son abiertas y no hay ningún tipo de restricción de entrada ni del tipo de persona que participe, también desaparece la distancia.

En el caso de Ecorés, tiene en marcha una con comunidades de montes donde prevén que se puedan sumar personas del centro de Vigo. “Lo que hace el centro de generación es producir energía y llevarla a la red, que se distribuye a las casas. No tiene que haber una conexión directa, todo entra en la red y se comparte y luego hay una compensación en factura. Físicamente es imposible saber si mi kilovatio hora que está entrando ahora en la red es de mi instalación o no, es de la red y luego hay una compensación en el recibo”, explica Miguel Morgado, director de la empresa Ecorés.

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