La inteligencia artificial toma el mando en el sector inversor

Ovidio Gómez, uno de los dos socios fundadores del fondo que desarrolla su actividad en Dubái.
photo_camera Ovidio Gómez, uno de los dos socios fundadores del fondo que desarrolla su actividad en Dubái.
Dos jóvenes emprendedores crean una empresa arriesgando primero capital de familia y amigos

Inteligencia artificial y aprendizaje automático para eliminar sesgos a la hora de invertir en activos financieros y generar más beneficios a los clientes es la apuesta que ha hecho la empresa tecnológica Viridis Society, formada por dos veinteañeros vallisoletanos que desarrollaron su proyecto a base de invertir inicialmente sus propios ahorros y los de sus familiares. Todo empezó casi como un favor entre amigos que se conocen desde el parvulario, Ovidio Gómez y Jaime Valero, y que hoy se ha convertido en una empresa que desarrolla su actividad principalmente desde Dubái y cuyo valor tras su primera ronda de financiación alcanza los 5,8 millones de euros.

“Vivía en la República Checa y allí, como no hay euro y la inflación estaba dando muy fuerte, le dije a Jaime, que llevaba muchos años invirtiendo tanto en bolsa, como en criptomonedas y en muchas cosas, ¿por qué no me ayudas e inviertes mi dinero y yo te doy una parte?”, recuerda Gómez, que ejerce de director general de la empresa. Tras desarrollar un software para controlar su cartera de inversiones de forma segura, estos estudiantes de ADE de la Universidad de Valladolid (UVa) que no llegan a la treintena vieron el potencial para extender este servicio y encontraron entre sus allegados a sus primeros clientes.

“Empezamos con familia y amigos, que siguen en la empresa y que nos mantienen con los pies en la tierra. Por eso, intentamos ser muy prudentes, porque también es el dinero de nuestros seres queridos”, asegura Gómez, para apuntar que sólo se puede acceder a su programa informático por invitación de un cliente o de la propia dirección de Viridis.

Análisis de 40 variables

El software de Viridis Society analiza cada cinco segundos 40 variables muy diferentes, como la historia de un activo financiero en los últimas cuatro décadas o el impacto de su reputación en redes sociales, para generar escenarios de compra o venta de activos, que llegan al usuario a través de un enlace único.

Aunque la compañía cuente con un equipo de personas, con Valero a la cabeza en calidad de director financiero, buscan que la IA concentre la mayor parte de la toma de decisiones para evitar sesgos derivados de los sentimientos o los impulsos que “pueden jugar una mala pasada a los inversores”.

“El ser humano es 100% predecible en cuanto al mercado, porque al final son números, se pueden medir en base a cuántas operaciones la gente está abriendo en compra en un mercado”, asegura Gómez, que añade que una ventaja de utilizar su software es que la psicología de masas, que para otras empresas es un “enemigo”, para ellos supone “un dato más”.

La empresa opera con cuatro activos principalmente: índices, como el SP500; materias primas, el mayoritario por la situación macroeconómica, “que es muy inestable”; pares de divisas y criptomonedas, aunque éstas últimas suponen un porcentaje muy pequeño de su cartera por su elevada volatilidad.

Bienes especulativos

“No somos creyentes de esos activos como inversiones a medio o a largo plazo, porque la gran mayoría de ellos son bienes completamente especulativos, simplemente nos aprovechamos de su volatilidad de precio para sacar valor para nuestros clientes, pero nada más”, señala.

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