Los científicos alertaron sobre problemas en la biomasa que obligaron a cortar la pesca, que se redujo el 60%
La segunda temporada del año en el caladero exclusivo de Malvinas se ha terminado obligatoriamente un mes antes de su final programado. El motivo, el aviso de los biólogos de que el recurso se encontraba en malas condiciones y había que suspender la pesca para que se pueda recuperar. Así se ha hecho, y los 15 buques de empresas mixtas con base en Vigo (entre ellas Pescapuerta o Pereira con sus correspondientes británicos) que explotan la zona suspenden hoy las labores. Algunos se quedarán porque también cuentan con licencia para otras pesquerías, en especial la merluza austral, muy apreciada.
Finalmente, serán unas 15.000 toneladas de celalópodo de las especies loligo e illex las que podrán cargar en las bodegas, lo que supone un 60 por ciento menos que en la temporada de 2022, que había resultado excepcional. Un golpe duro, pero asimilado por la flota que amarra en Beiramar, justo tras la renovación del acuerdo con el Gobierno malvino (Falklands para los británicos) por otros 25 años. Los motivos de la disminución de la biomasa, según los primeros apuntes de los científicos que viajan a bordo de los congeladores, están en cambios bioclimáticos que habrían afectado a la reproducción de la especie. Los propios pesqueros vigueses pudieron en efecto constatar unas condiciones muy negativas, con vientos huracanados y en general muy mal tiempo, reduciéndose las capturas.
Según indicó el presidente de los armadores de Vigo (ARVI), Javier Touza, se ha tomado la decisión de que al menos un buque se quede en el caladero para hacer una investigación más a fondo de lo que ha sucedido, una campaña experimental que ofrezca claves. “Lo que tenemos claro, tanto los científicos como el Gobierno de Falklands y las empresas es que no vamos a poner en riesgo este caladero, así que si hay que suspender, se hace para que se recupere la biomasa, hay que ser responsables y lo somos, sin duda”, señaló. La cuestión ahora es la protección del recurso y la biomasa “y los biólogos nos dan las claves y las pautas a seguir”.
Hasta el 20% del calamar que se consume en Europa se pesca en las aguas circundantes al archipiélago. Los pesqueros vigueses capturaron 53.500 toneladas de calamar en la primera parte de 2023, pero la caída en picado de la segunda deja las cifras finales muy lejos de otras temporadas, lo que probablemente repercutirá en el precio del producto. En concreto, en 2022 la pesca en Malvinas superó 101 mil toneladas, lo que constituyó el segundo récord histórico desde 1989 (cuando se logró pescar 118 mil toneladas). Las capturas de pescados de aleta (62 mil toneladas) fue la mayor desde que se implementó la zona de exclusión. Esa pesca representa el 60% de los ingresos de las Islas, la actividad económica más importante de la colonia británica.
Argentina sigue muy de cerca la actividad
En Argentina se sigue con enorme interés todo lo que sucede con la flota viguesa en el caladero debido a la histórica reivindicación de las islas y sus aguas por parte del país. Recientemente era el influyente diario “Clarín” el que señalaba en una información que el “régimen ilegal de pesca autorizado unilateralmente por el Reino Unido en Malvinas” (sic), otorga anualmente un centenar de licencias y cupos de pesca por un cuarto de siglo y que alrededor de 120 embarcaciones están autorizadas a pescar en la zona de exclusión.
De acuerdo al boletín oficial Gazette de Malvinas, los poteros españoles (la flota con base en Vigo), que faenan con bandera propia y con pabellón británico o isleño constituye la flota principal “al extremo que se podría afirmar que el calamar loligo se reserva casi con exclusividad para España". Añade que este mecanismo, ha favorecido el establecimiento de un número importante de empresas mixtas. “La Unión Europea también ha sido instrumental para el despojo pesquero que sufre Argentina, al eliminar la aplicación del arancel de la OMC (6%) para la pesca en Malvinas, autorizando una cuota anual de 75 mil toneladas de calamar, libre de toda tarifa entre 2021 y 2023, para procesamiento industrial dentro de la UE”.
