La flota de cerco plantea un “bono pescado” ante la fuerte caída del consumo

El desplome del consumo de pescado fresco preocupa al sector, que reclama a las administraciones medidas para tratar de frenar esta tendencia. La flota del cerco ha sido la última en sumarse a estos llamamientos planteando impulsar un “bono pescadería” para que animar a que la gente joven acuda a los comercios locales y las plazas de abastos para comprar pescado.

El sector sostiene esta petición de ayuda con datos. Según un informe sobre la actividad pesquera publicado este mismo año por el Consejo Económico y Social, el consumo de pescado en los hogares ha sufrido en España desde 2008 hasta 2022 una importante caída del 38%. Preocupa también que el menor consumo corresponde a hogares cuyo responsable de la compra son personas menores de 35 años, con lo que el sector teme que esta tendencia se acreciente.

Ante esta situación, la Asociación de Armadores de Cerco de Galicia (Acerga) ha decidido impulsar una nueva campaña a través de las redes sociales para plantear que se introduzca un nuevo “bono pescadería” similar a los que se han aprobado en los últimos años como el comercio local o el turismo, impulsados por la Xunta. “El consumo de pescado está bajando, sobre todo entre la gente joven, una medida así vinculada a las pescaderías locales ayudaría a que la gente conozca nuestro pescado, sería una oportunidad para intentar llevar a la gente a estas zonas de compra”, explica la presidenta de Acerga, Carmen Chamorro.

A través de esta campaña defienden también que el pescado es “esencial” para mantener una dieta equilibrada y que su consumo revierte beneficios para la salud, que se sumaría a la ayuda que una medida como esta traería consigo para pescadores, mercados y comercios locales.

“Se nota, ya que se consume menos pescado fresco, la flota del cerco manejamos grandes cantidades de pelágicos y ahora el fresco no arrastra tanto pescado, eso significa que el consumo está cayendo”, explica Carmen Chamorro, que apunta también que las empresas de frigoríficos exportan cada vez más sus productos a terceros países ante la caída de demanda local y en Europa.