Trabajadores de Stellantis Vigo pasan de fabricar coches a conducir camiones. Un grupo de operarios de la planta de Balaídos estrenó el proyecto de colaboración impulsado por el grupo automovilístico y empresas de transporte el año pasado. El dispositivo todavía no se puso en marcha en España, pero sí en otros países de Europa que cuentan con voluntarios vigueses para transportar vehículos ante la escasez que hay de profesionales.
Hasta la fecha, hay ocho personas procedentes de la factoría gallega que están desempeñando misiones internacionales en Francia y en Italia y otras 21 están preparadas para participar una vez el dispositivo arranque en España. Según informa la empresa, esta treintena de trabajadores (siguen vinculados a Stellantis) ya completaron la formación pertinente para poder desempeñar la profesión de transportista, con la obtención de los carnets de conducción y las habilitaciones necesarias, así que están calificados para poder incorporarse al proyecto, que tiene carácter temporal y voluntario.
Esta iniciativa fue impulsada por el grupo automovilístico en Europa, involucrando a los centros de producción que tiene en España -Vigo, Madrid y Zaragoza- para hacer frente a los problemas logísticos y de distribución que acusa en los últimos años el sector, impactado ahora por el conflicto del Mar Rojo, que obliga a optar por rutas marítimas alternativas o transporte aéreo y está ocasionando retrasos en las entregas.
Para minimizar consecuencias en la producción y en la distribución de los coches, el grupo planteó a sus plantillas la opción de desarrollar la actividad de conductor de camión portacoches sin que implique una ruptura de la relación laboral con Stellantis; es decir, que podrán retomar su puesto de trabajo una vez finalizada la colaboración. Las personas que participen mantienen su salario actual, así como un incentivo de 800 euros brutos al mes que perciben durante la vigencia del proyecto. También se incluye el abono de gastos de viaje conforme a las dietas para los desplazamientos de corta duración y el pago de toda la actividad que se realice, según la normativa de transportes incluidas las horas extraordinarias.
El origen de esta iniciativa radica en la falta de conductores de camiones portacoches, que está afectando a otros muchos sectores, y que en el caso de la automoción se vio agravado por el colapso portuario padecido el año pasado en los principales puertos europeos, entre ellos el de Vigo.
La situación fue tan compleja que la factoría de Balaídos se vio desbordada al no poder dar salida ni por mar ni por tierra a los coches que fabricaba llegando a tener que almacenarlos en numerosas localizaciones como la Plisan, Porriño, Bouzas, el muelle de granito de Rande y en terrenos en Teis y en la Avenida de Madrid que se habilitaron.
Retrasos de entregas
La falta de camiones portavehículos y de transportistas es uno de los motivos de los retrasos en la entrega de vehículos a los clientes, agravada ahora por la crisis del Mar Rojo que está incrementando dichos retrasos. La patronal de vendedores Ganvam advierte que el incremento de los costes en el transporte de mercancías puede presionar al alza el precio final de los vehículos si el conflicto perdura en el tiempo
