El vigués Ricardo Ramilo ha pasado el ecuador del Dakar en Arabia Saudí con buenas sensaciones, tras la disputa de la etapa maratón de 48 horas con la que se llegó a la jornada de descanso de hoy. El piloto de la escudería homónima acabó décimo segundo entre los SSV, subiendo en la general hasta el puesto décimo tercero.
Ramilo narró su paso por el Empty Quarter, el desierto de Rub al-Jali, un lugar “tan inhóspito” en el que los corredores tuvieron que hacer noche el jueves. “Dormimos en medio del desierto e hicimos una pequeña hoguera para calentarnos y tomar la comida tipo militar que nos dieron”, relató. En ese primer día, “tuvimos una avería. Se nos rompió el anillo de las correas y nos quedamos 45 minutos allí, atascados en unas dunas. Marc se dejó los dedos para sacar el tornillo y continuamos. No hubo incidencias importantes. Por la noche cambiamos un palier y el resto funcionó todo muy bien".
El vigués está satisfecho porque “las dunas me van saliendo mejor. En esta última especial no seguí a nadie. Fuimos adelantando gente”. Y también porque “el coche está yendo muy bien, no se rompe y es fácil de llevar”.
Ramilo afronta la segunda mitad del Dakar con optimismo en su meta por acabarlo por primera vez en su tercera participación. “A ver qué sucede en la segunda parte de la carrera. La primera está resuelta. En esta etapa, el año pasado nos fuimos a casa. Este año, todavía estamos vivos, con el coche bien y con los ánimos bien. De fuerza estoy muy bien y mentalmente, maravillosamente bien. No me canso”, analizó el piloto. Hoy, descanso; después, seis etapas más.
