Son apenas 35 los kilómetros que separan Cangas de Pontevedra. Media hora de coche para unir las dos localidades. Un tiempo que ayer se redujo radicalmente. Concretamente hasta los 39.413 segundos. Es el tiempo que tardaron Pablo Graña y Antía Jácome en pasar por encima de sus rivales y proclamarse campeones de Europa del C2 200 mixto, dentro del programa de los Juegos Europeos que se disputan en la ciudad polaca de Cracovia. Algo más lejos del trayecto entre O Morrazo y la capital de la provincia. Dos núcleos poblacionales que se volvieron uno cuando los dos jóvenes palistas juntaron sus manos, ya como medallistas de oro continentales, en su primera regata juntos.
El triunfo de Graña y Jácome cerró una sensacional actuación del piragüismo español, que cierra su participación con siete metales. Curiosamente, ésta es la segunda presea para ambos. El cangués se había colgado el bronce en el C1 200, mientras que la pontevedresa había obtenido la plata en el C2 500 junto a la madrileña María Corbera. El también cangués Rodrigo Germade vuelve como campeón a bordo del K4 500.
En cuanto a la prueba en sí, Graña y Jácome no tuvieron rival. Imperiales. La canoa gallega dominó con claridad desde el primer momento de la regata. Una exhibición que refleja la ventaja de más de un segundo que la pareja sacó a la embarcación polaca. Una distancia sideral en una prueba tan corta y explosiva. De hecho, la plata local se definió por milésimas ante el barco alemán, que finalizó en tercer lugar.
