Jonatan Giráldez: "Me gusta vivir en el vértigo de dar mi mejor versión cada año"

El técnico vigués, campeón de Europa, visitó Atlántico en sus vacaciones.
photo_camera El técnico vigués, campeón de Europa, visitó Atlántico en sus vacaciones.
Jonatan Giráldez se fue a Barcelona hace 12 años y trabajó de todo lo habido y por haber dentro y fuera del fútbol. Insistió, perseveró y nunca desistió

Nadie le ha regalado nada a Jonatan Giráldez (Vigo, 1991). Se fue a Barcelona hace 12 años y trabajó de todo lo habido y por haber dentro y fuera del fútbol. Insistió, perseveró y nunca desistió. Ahora entrena al mejor equipo y a la mejor jugadora del mundo en el Barça, con el que ha ganado todos los títulos en dos años. Unos días de vacaciones en Vigo le han permitido saborearlo y hasta sacar tiempo para acercarse a Atlántico a comentarlo.

 

 

Se quitó la espina del año pasado con la Champions.

Ganar después de haber perdido la última final era algo que teníamos pendiente desde hace doce meses. Tuvimos la capacidad de conseguir un título que se nos resistió el año pasado. Trabajamos muy duro para levantarnos, volver a competir y conseguirlo. Así que muy contento.

 Perdían 2-0 al descanso ¿Qué le dijo al equipo en el vestuario? 

Normalmente, enseñamos cortes de vídeo, pero en esta ocasión creímos oportuno no hacerlo. Estábamos jugando bien, pero es verdad que había que modificar pequeños matices posicionales. Y después está la parte emocional. Hice referencia a los momentos que sufrimos durante la temporada con situaciones adversas. Necesitábamos que todos los que estábamos en aquel vestuario tuviésemos esa energía positiva de mirarnos a los ojos, saber que era posible y salir convencidas de que podríamos darle la vuelta porque así sabría mejor.

 La parte mala fue la eliminación de la Copa por alineación indebida. ¿Lo pasó muy mal?

Sí que me hizo daño y nos hizo daño como equipo. Pero sabíamos que había que enfocarse en lo que dependía de nosotras para, en lugar de hundirte, tirar para arriba. Son experiencias que te sirven para aprender. Evidentemente se han depurado responsabilidades por lo sucedido, sabiendo que hay una parte de notificación en la plataforma, que la jugadora parecía disponible, pero realmente había tenido una sanción en la temporada anterior. Como es algo que todavía no está resuelto por la vía judicial, tampoco merece mucho comentario.

 Un enamorado del juego de posición y el Barça. Combo perfecto. 

Al desarrollar un modelo convergen tres factores: la idea del entrenador, las características de las jugadoras y la idiosincrasia del club. Cuando tú atacas, la posición es clave. Hay jugadoras que, simplemente con una ubicación, sin intervenir, permiten que el equipo pueda jugar mejor. Esas posiciones te permiten también presionar cuando la pierdes. Para poder defender bien, tienes que atacar bien; y para poder atacar bien, tienes que defender bien. Todo está interrelacionado.

Supongo que ayuda mucho que la mejor futbolista del mundo sea hija de ese modelo. ¿Qué significa entrenar a Alexia Putellas y cómo la ha visto en su reaparición?

He tenido mucha paciencia con su reincorporación. Estábamos en un momento sensible de la competición y no podíamos asumir ningún riesgo ni hacer cosas diferentes que pudiesen perjudicar al equipo. Hablando con ella, yo entendía que el proceso de reintegración tenía que hacerse de manera sosegada para que el único beneficiado fuese el grupo. Su predisposición siempre es la máxima y su deseo de crecer siempre ha estado presente. Tiene una manera de pensar muy parecida a la mía en cuanto a mejora diaria y creo que eso nos ayuda y nos contagia para que todo el mundo vaya en la misma dirección.

 Alexia, igual que varias jugadoras suyas, va a disputar el Mundial. ¿Cómo lo ve? 

Creo que va a ser el más igualado de todos los tiempos. Veo seis selecciones con opciones de ganar y España está entre ellas. Las otras, Estados Unidos, que siempre es muy competitiva; Alemania, que es muy completa; Inglaterra, que ya ganó la Eurocopa y su federación está en un momento de expansión pionero en el fútbol femenino, que hace que muchos aficionados le deseemos cosas buenas; Brasil, que tiene un potencial de talento descomunal; y Francia, que acaba de tener un cambio en el banquillo y dispone de jugadoras de máximo nivel. 

 ¿Cuál es su opinión sobre lo sucedido con la selección?

Hay que tener máximo respeto por todas las decisiones, de una parte u otra. Mi misión como entrenador es velar por los intereses de mi equipo. Yo siempre he estado abierto para poder charlar, recomendar, hacer lo que fuese oportuno para ayudar en este proceso. Pero ellas lo han gestionado como han considerado. Querían que fuese de forma más o menos interna, con el menor ruido mediático, aunque a veces no se consigue. Y a partir de ahí, desearle suerte a las jugadoras que hayan ido al Mundial.

 ¿Qué le parece que en Vigo no haya equipos en la tres primeras categorías?

Evidentemente, no me gusta. Trabajé cuatro años en la Federación Catalana y diría que el crecimiento que tuvimos en las licencias es una locura. Se hicieron muchísimas cosas desde clubes e instituciones para ello. Soy vigués y todo el mundo sabe que tengo especial simpatía por el Celta, pero es un equipo caracterizado por subir jugadores del fútbol formativo. Hacer una sección implica un trabajo mucho más profundo que fichar a jugadoras para el primer equipo. Se necesita cantera, materia prima, ligas, equipos. Licencias.

 Pero para las niñas es importante tener referencias y el Celta es la referencia aquí.

Estoy convencido de que ayudaría, pero creo que falta mucho más. Yo, por ejemplo, tengo una prima que juega al fútbol aquí y cada fin de semana se desplaza 150 kilómetros. Hay poco volumen de equipos. Creo que las instituciones tienen que apoyar para generar más licencias.

 ¿Qué supone formar parte de un escaparate feminista tan potente?

Las cosas de las que me siento más orgulloso son dos: la gran mejora y capacidad de compromiso de todas las jugadoras y que ahora podemos ver en estadios de fútbol niños y niñas con camisetas de jugadoras. El Barça y en general el fútbol femenino mundial está yendo en una dirección muy clara hacia las condiciones de trabajo que debe tener una mujer futbolista. Medidas que aseguren que va a tener los mismos recursos que un equipo masculino. La profesionalización implica inversión y paciencia. Porque nuestro equipo ha sido la única sección del Barça que ha dado beneficios esta temporada tras  dar pérdidas durante muchos años. Para mí, el feminismo también es esto: invertir para que las mujeres tengan las mismas condiciones de trabajo que los hombres.

 Tiene contrato hasta 2024. ¿Cómo ve el futuro?

Ahora mismo, no es prioritario hablar de renovar porque hay 14 futbolistas que acaban contrato la temporada que viene. Sé que están contentos con mi trabajo y durante la temporada habrá tiempo para valorar si tenemos que seguir vinculados. Pero nunca con la presión de querer estar cuatro o cinco años en un sitio porque ahí es donde empieza el declive. Me gusta vivir en el vértigo, con la sensación de que tengo que dar mi mejor versión cada año para merecer estar más tiempo. Sé que me queda un año menos y por mi manera de pensar, no me gusta ser un funcionario de los banquillos. 

 Y si algo tiene el fútbol es vértigo. No deja tiempo para pararse a pensar. Quizás las vacaciones sean un buen momento. 

A veces hablo con mi pareja y amigos de que trabajé en tal sitio o en aquella calle vendíamos tal cosa. Me genera mucho orgullo la satisfacción porque creo que es un ejemplo y puedo hablar en primera persona de que al final llegamos a Catalunya sin nada, sin nadie y fuimos capaces de conseguir cosas que tienes que hacer para dedicarte a lo que más te gusta. La única diferencia es que el fútbol es mediático. Una persona que va para ser el mejor abogado del mundo, quizá tiene mucho más mérito que yo, pero lo que hace es menos visible. Mi trabajo tiene visibilidad y puede ser un ejemplo para muchas personas que quieran dedicarse a algo que exija emigrar para buscar su futuro mejor. Si eso le ayuda a dedicarse a su vocación, que ponga todo el empeño para conseguirlo.

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