El equipo culé sufrió ante el Alavés, pero Vítor Roque resolvió antes de ver una roja discutible
El Barcelona superó ayer al Deportivo Alavés con cierta autoridad, más de la que se le recuerda en los últimos partidos, para mantener la reacción desde que Xavi Hernández anunció su adiós.
El conjunto culé sufrió por momentos, pero supo trazar un triunfo sólido en Mendizorroza, a pesar de que los vascos empezaron y terminaron mejor el primer tiempo y, en el segundo, respondieron al 0-2 y terminaron jugando con uno más. Vitor Roque volvió a ser protagonista, pero esta vez fue héroe y villano. El joven brasileño entró en el minuto 59 y en el 63 hizo el 1-3 de la aparente tranquilidad para los catalanes. Sin embargo, con dos amarillas en cinco minutos, con un punto de riguroso ambas, Roque dejó al Barça con uno menos los últimos 20 minutos. Los de Luis García Plaza no tuvieron opción de aprovecharlo, sin evitar la derrota tras tres victoria seguidas, aún con colchón en la tabla.
No tuvo alegría completa el equipo azulgrana, viendo la amargura de su último revulsivo, un Roque que dio los tres puntos ante Osasuna entre semana, pero la victoria y las sensaciones renovadas se las llevaron los de Xavi. Lewandowski y Gundogan abrieron el marcador con dos bonitos goles y Samu recortó para los babazorros con un gol que terminó siendo estéril.
