Jugar en la máxima categoría del baloncesto tiene diferencias con estar en la segunda división. El Celta Zorka Recalvi regresó esta campaña a la élite y los cambios son notables en muchos aspectos, como los vividos ayer en Navia. En el 90% de los partidos con un guión así, terminarían con remontada viguesa y un triunfo trabajado pero feliz. Sería un mal inicio, asentarse en el juego, recortar poco a poco y, en el último cuarto, ante un rival que acusa el cansancio y el ambiente, terminar de dar la vuelta al choque.
No sucedió contra el Gernika porque, en la máxima categoría, los grandes son los oponentes. Las plantillas que están enfrente tienen calidad y variedad para solventar los momentos difíciles y porque las jugadoras están más que acostumbradas a jugar contra aficiones que aprietan y ayudan al de casa. En el tercer y en el último cuarto hubo varios intentos vigueses de dar la vuelta al choque. La diferencia vasca se estiraba y encogía en el efecto chicle. Se iban a diez u once y la formación viguesa recortaba a siete u ocho. Había tiempos muertos y, en cada intento, aparecía un triple o un rebote en ataque visitante que causaban daño.
El último intento, el que podría ser bueno, sucedió ya dentro del último minuto, cuando la insistencia céltica rebajó la desventaja a cinco puntos con posesión. Samson se jugó el triple tras quebrar en el uno a uno, pero erró el lanzamiento. Ahí terminó la opción de remontada porque lo siguiente en llegar fue una falta de Trahan-Davis, señalada como antideportiva, y el Gernika aprovechó los dos tiros y la posesión siguiente. Ya en los últimos segundos, era la finalización de un duelo que comenzó torcido. Lo intentó remontar la formación olívica, pero no fue capaz.
Todo tras un enfrentamiento marcado por un comienzo malo (4-10, min. 6) y un segundo cuarto en el que el Gernika anotó 27 puntos. Son demasiados para que un equipo de la zona baja gane a uno de la alta. Y, aún así, el Celta tuvo sus opciones. Una buena señal, realmente buena.
El Celta llega al ecuador fuera de la zona de descenso
Con la derrota ayer ante el Gernika, el Celta Zorka Recalvi alcanzó el ecuador de la temporada y lo hace fuera de la zona de descenso al ocupar la antepenúltima posición con cuatro victorias en 15 enfrentamientos. Eso sí, dispone de un margen escaso, de un partido, sobre el Spar Gran Canaria, que con 3 triunfos abre los puestos que conducen a Liga Challenge. Cierra la tabla el Bembibre leonés, que sólo ganó un encuentro. En la pelea por salvar la categoría también aparecen otros conjuntos como Barça, Cadi La Seu, y Jairis, todos ellos con cinco triunfos. El Araski ya suma seis y el rival del Celta ayer, el Gernika, marcha con ocho y, salvo hecatombe, su salvación parece garantizada. El equipo de Cristina Cantero regresa a la competición el domingo con la visita al Estudiantes (18:00), que está en la zona alta, es quinto con diez triunfos.
