Las dos partes querían y las circunstancias invitaban a ello. Óscar García Junyent y el Celta limaron ayer las últimas diferencias económicas y de duración del contrato y acordaron de forma definitiva la renovación del técnico de Sabadell por una temporada con opción a otra, sujeta a la consecución de determinados objetivos. El convencimiento del interesado y la apuesta decidida de la entidad, pese a no tener garantizada todavía la permanencia en Primera, empujaron en el mismo sentido hasta parir un entendimiento que será firmado en los próximos días.
El club apuró los tiempos jugando a una sola carta. Con el de Sabadell no se habló de extensión del contrato tras el 30 de junio y hasta final de la actual temporada liguera, sino que directamente se trató sobre su continuidad la próxima campaña. El devenir al alza del equipo en las últimas semanas y el convencimiento de que éste culminará con la salvación llevó a los dirigentes célticos a renovar la fe en un entrenador deseado desde hace años.
Rafinha y Murillo
Por su parte, Óscar García Junyent dejó claro desde el principio su deseo de seguir en Vigo. En las conversaciones se ha hablado tanto de condiciones económicas –el catalán cobrará en Vigo menos que en sus anteriores destinos– como deportivas, dotando al inquilino del banquillo de peso suficiente en la política de fichajes como para desarrollar ese "proyecto desde cero" que viene reclamando. Eso sí, con Rafinha y Murillo. Con el brasileño se espera poder aprovechar la necesidad de ingresos del Barcelona para cuadrar cuentas y cerrar la operación, incluso, antes del día 30.n
