Dos días de intensidad de juego y de mucha emoción para la viguesa Marta Domínguez, que ayer terminaron con su segundo Campeonato de España de squash tras imponerse en Santiago y “poderlo hacer con mi familia detrás. Al ser cerca, pudieron venir a todos los partidos y eso me hizo muy feliz”. La viguesa se hizo con la victoria en la final tras un torneo casi perfecto, saldado en su totalidad con victorias por 3-0.
El evento comenzó con el paso favorable para Marta Domínguez que, gracias a una baja de última hora, se vio exenta de los octavos de final y entró directamente a cuartos, un hecho que le permitió descansar el viernes tras llegar de un torneo internacional. El sábado comenzó la competición con un 3-0 ante la catalana Montse Fajardo. La semifinal fue ante la viguesa Icía Riveiro y finalizó con el mismo resultado de 3-0, si bien Domínguez admitió que no fue su mejor día. “Empecé mal, igual no estaba concentrada del todo y me costó”, relata. Después, sí pudo mejorar el rendimiento para sacar adelante el encuentro y, probablemente, “estar mejor en la final, a la que salí mucho más concentrada”. Y, de esta forma, batió a Pilar Etchechoury para hacerse con el segundo título de España de categoría absoluta. Uno de sus principales objetivos de la campaña.
“Estos torneos que estoy haciendo por el extranjero viajo sola y, muchas veces, cuesta cuando van los partidos mal. Miras hacia atrás y no tienes apoyo. Aquí era diferente porque estaban todos mis familiares ahí. Ganar ante ellos me hace estar muy feliz”, reiteró ayer la jugadora que milita en el Squash Pontevedra.
De esta forma, al terminar el evento pudo celebrarlo con toda su gente y hacer las fotografías correspondientes. Se mostraba especialmente agradecida por el apoyo y también se acordó se su equipo de trabajo, formado por el entrenador Miguel Novegil y el preparador físico Anxo Graña.
Tras la cita en Santiago, Marta Domínguez apenas tendrá tiempo para disfrutarlo porque el miércoles viaja a Estados Unidos para disputar el jueves el primer partido del torneo de Washington. Vuelven los eventos internacionales sin el calor familiar.
