Alfon estaba "feliz" por el triunfo y por poder brindárselo al celtismo
Suena pretencioso decir que Alfon era ayer la persona más feliz del mundo. Nunca se sabe. Lo que está claro es que, en la zona mixta del estadio de Riazor, poco después del pitido final del encuentro, el albaceteño optaba a empatarle al más jovial de los seres humanos. Y sus palabras lo delaban. En concreto, una: "Feliz". Una y otra vez, el joven manchego de 21 años deslizaba su sentimiento en su discurso, de pocas palabras pero con muchas sonrisas.
Una de ellas, amplísima, brotó al identificarle como la persona más querida por el celtismo en esos momentos. "También me siento feliz por ellos, por los aficionados. Es muy bonito poder darles esta alegría", susurraba Alfon con timidez y un poco de contención.
Pero es difícil aguantar la alegria desbordante que transmitía. Sus primeros goles con la camiseta celeste llegaron en el estadio del eterno rival de su nuevo equipo y sirvieron, además, para lograr un triunfo histórico. "Desde que llegué tenía muy claro que este partido era súper especial para todos. No ha podido salir de mejor manera, con dos goles y con una victoria", suspiraba Alfon.
Dos tantos "similares", en palabras del protagonista, que reconoció que se sintió con "mucha confianza" en el terreno de juego. Se notó en una segunda parte brillante, tanto en lo individual como en lo colectivo. "Es un campo que te invita a conducir y a generar ocasiones aprovechando los espacios que hay. La verdad es que me sentí muy a gusto en todo el partido", destacó. "Sabíamos que teníamos que trabajar y que íbamos a tener nuestras oportunidades. No pudo llegar el tercero pero no importa porque nos llevamos los tres puntos", añadió.
La alegría era tan palpable que había que preguntarlo. ¿Su mejor día como futbolista? "Sí, puede ser", contestó Alfon. "Desde luego, uno de los días en los que más feliz me siento", subraya el manchego, que no imaginaba cuando se enamoró del fútbol en Albacete que decidiría un partido tan especial. "Pero soy feliz de haberlo vivido y de estar aquí. Ojalá sea por mucho tiempo", concluyó.n
Una de ellas, amplísima, brotó al identificarle como la persona más querida por el celtismo en esos momentos. "También me siento feliz por ellos, por los aficionados. Es muy bonito poder darles esta alegría", susurraba Alfon con timidez y un poco de contención.
Pero es difícil aguantar la alegria desbordante que transmitía. Sus primeros goles con la camiseta celeste llegaron en el estadio del eterno rival de su nuevo equipo y sirvieron, además, para lograr un triunfo histórico. "Desde que llegué tenía muy claro que este partido era súper especial para todos. No ha podido salir de mejor manera, con dos goles y con una victoria", suspiraba Alfon.
Dos tantos "similares", en palabras del protagonista, que reconoció que se sintió con "mucha confianza" en el terreno de juego. Se notó en una segunda parte brillante, tanto en lo individual como en lo colectivo. "Es un campo que te invita a conducir y a generar ocasiones aprovechando los espacios que hay. La verdad es que me sentí muy a gusto en todo el partido", destacó. "Sabíamos que teníamos que trabajar y que íbamos a tener nuestras oportunidades. No pudo llegar el tercero pero no importa porque nos llevamos los tres puntos", añadió.
La alegría era tan palpable que había que preguntarlo. ¿Su mejor día como futbolista? "Sí, puede ser", contestó Alfon. "Desde luego, uno de los días en los que más feliz me siento", subraya el manchego, que no imaginaba cuando se enamoró del fútbol en Albacete que decidiría un partido tan especial. "Pero soy feliz de haberlo vivido y de estar aquí. Ojalá sea por mucho tiempo", concluyó.n
