La crisis llega al césped del Rápido

El rapidista Aitor Aspas protege la pelota ante el local Manu Rivas, que cuenta con la ayuda de Cañi.
photo_camera El rapidista Aitor Aspas protege la pelota ante el local Manu Rivas, que cuenta con la ayuda de Cañi.
El Rápido de Bouzas naufragó en Arteixo ante un equipo local que hurgó en la herida institucional del club, trasladada al campo en forma de tres jornadas consecutivas sin ganar

El tumultuoso discurrir de las semanas en el Rápido de Bouzas, con una crisis institucional latente, debía notarse tarde o temprano en el primer equipo. Se podía pensar que una derrota y un empate entran dentro de la normalidad competitiva. Pero la contundente derrota que encajó ayer el equipo aurinegro en Arteixo es difícil de desligar de una problemática que ya ha tocado a los futbolistas de Tercera en forma de retrasos en el pago del mes de febrero. El conjunto coruñés fue netamente superior al vigués, que no pudo hacer nada en Ponte dos Brozos para encadenar tres jornadas sin ganar que se traducen en un punto de los últimos nueve en disputa. 

El equipo arteixán, que con esta victoria se mete en zona de play-off, salió con un gran convencimiento. Amparado en ese empuje, Adri Otero inauguró el marcador a la media hora de partido y el propio delantero del conjunto rojiblanco dobló la ventaja un cuarto de hora después.

Así, la segunda parte no pasó de ser un trámite. El Rápido intentó reaccionar, pero sin demasiado empuje ante un Arteixo henchido de confianza, que gestionó la ventaja con sabiduría y oficio. No solo eso, cuando el partido ya tocaba a su fin, Iván Vázquez cerró el marcador para redondear una goleada que expande la crisis del club aurinegro desde los despachos hasta el césped.

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