El Celta superó con comodidad al Arosa sin el pichichi Miguel Conde y continúa en una batalla que abre una puerta al primer puesto gracias al pinchazo del Racing de Santander
Igual que en la vida, el fútbol permite que surjan pequeños haces de luz en medio de lo que hace nada parecía oscuro. Así, el Celta recuperó ayer un motivo -aunque sea pequeño- para la esperanza con su goleada al Arosa. El inesperado pinchazo en casa del indiscutible líder, el Racing de Santander, ante un Perines en zona de descenso abre la compuerta para intensificar los suspiros de los anhelos. El equipo celeste sigue cuarto, sí, pero el primer puesto que parecía inalcanzable se pone ahora a cuatro puntos.
Bien es cierto que Deportivo y Real Oviedo, que no fallaron el sábado, están como obstáculos inmediatos. Pero todo a su tiempo. El conjunto vigués cumplió con su obligación en A Madroa, sabedor de que el enfoque iba más hacia el segundo puesto que al primero. Indistinto. Los partidos se juegan para ganar y aun con la ausencia del pichichi de la Liga, Miguel Conde, que debutó con el Fortuna en Salamanca, el equipo de Alberto Suárez sometió al Arosa.
Un gol en propia puerta de Jacobo Folgar abrió la veda. El sustituto de Conde, Fernando Martínez, dobló la ventaja en el ecuador del primer tiempo. Y ya en la segunda mitad, Lucas Camba y Yoel Crespo cerraron el póker de goles.
