El Balonmán Cangas comenzó ayer una nueva temporada y lo hizo con la ilusión de ver con una buena entrada el siempre caliente pabellón de O Gatañal y con el objetivo, también meridiano, de obtener la salvación, que si llega en la última jornada será un éxito. Algo que, por otra parte, es conocido.
El primer enfrentamiento del curso llegó ante un conjunto llamado a estar en la zona alta de la Liga Asobal como el Logroño La Rioja y el resultado fue una derrota en casa, que no es dura ni preocupante, pero que dejó claro que todavía quedan cosas por mejorar en la formación canguesa y alguna de ellas pasa por la defensa, porque el equipo de Nacho Moyano encajó más de treinta goles.
La primera parte transcurrió por un sendero de igualdad en el que el Cangas se adelantó y, poco a poco, el equipo visitante dio la vuelta al partido. Apenas aportó la portería local y eso resultó algo clave para alcanzar el intermedio con un 14-15 que dejaba abierto el partido.
La clave llegó en los primeros minutos del segundo acto porque el Logroño La Rioja saltó a la pista con fuerza y estableció en diez minutos un marcador de 18-24 que acercaba la sentencia al duelo. Quedaba por ver si el Cangas tenía capacidad de reacción y esta llegó ajustando la retaguardia y, ya en los últimos diez minutos, con la aportación de Jorge Pérez en la portería. Tuvo momentos de inspiración y el equipo de Nacho Moyano llegó a situarse a dos goles (26-28, min. 51). Tuvo su opción, pero el Logroño aguantó.
