"Es que yo soy muy de campo, soy muy de campo", resume Ana Belén Palomino sobre su vida en O Porriño como guardameta del Conservas Orbe Rubensa. Llegó al club en verano y lo hizo con una cláusula especial en su contrato que pasaba por poder traerse a su perrita 'Neisha'. “Cuando llegamos a un acuerdo se lo dije, es una perra que adopté en Canarias y a donde me vaya yo, ella se viene también. No había otra solución, es parte de mí”.
Y en la comarca da Louriña y el equipo de Isma Martínez encontró el lugar ideal en lo deportivo y en lo personal. Salvo por una cuestión, el tiempo, ya que “en Canarias no veíamos mucho la lluvia y aquí parece que no hay otra cosa”, resume. A los 27 años recaló en el club del Baixo Miño porque “después de cuatro en el Rocasa Gran Canaria quería un cambio de aires y el Porriño me llamó”.
Encajó a la perfección en una entidad que marcha cuarta en División de Honor y que el sábado puede asegurar este puesto si empata o gana al Guardés en el derbi autonómico de División de Honor. “Es un partido importante. Nosotras tenemos que seguir trabajando como lo estamos haciendo y sabemos que la temporada regular ya está terminando, quedan dos partidos y estamos muy igualados los dos equipos, de forma que no hay nada decidido. Tenemos que ir tranquilas, a jugar como sabemos”, expresa la cacereña.
En la primera vuelta, el conjunto porriñés comenzó mal el encuentro con una primera mitad que dominó su rival, pero remontó en la segunda gracias a una gran defensa. Por ello, habla de hacer el balonmano que saben en una temporada que “en lo que lo bonito todavía está por llegar, tenemos mucha ilusión”, admite. La jugadora destaca la progresión del equipo y, precisamente, este aspecto de continuidad fue clave en su elección para recalar en O Porriño.
“Creo que vamos creciendo tras una gran campaña el año pasado y, al seguir con el trabajo, se evoluciona. El grupo lo está haciendo bien y estamos contentas de la evolución. Es importante la estabilidad. Si llega mucha gente nueva a un equipo cuesta la adaptación y este año sólo hubo dos y el grupo se mantuvo, por lo que se nota en el juego”, describe Palomino.
En lo referente a los números individuales, las cifras son positivas porque firma a lo largo de todo el curso un 32% de eficacia en la portería con números notables en los lanzamientos de larga distancia, ya que repele el 55%. Números similares a su compañera bajo palos Fátima Ayelén, que alcanza el 38% para un global conjunto del 35%, unos números que también hablan bien de la defensa y que sitúan al equipo louriñés como el menos goleado de División de Honor.
Sobre la incorporación al conjunto de Isma Martínez, asegura que llegó en un buen momento y que “me convenció el proyecto, que lleva años y es serio”. Eso sí, el duro invierno sí que le causó más de un problema a Ana Belén Palomino y a Neisha. “A las dos nos costó mucho por la lluvia”. Fue lo único porque “el resto está muy bien. El grupo es muy bueno y vivimos en una casa con campo, que a mí me gusta mucho”. De hecho, la cancerbera está encantada hasta el punto que se pensó poner un gallinero. “Es que soy muy de campo y me gusta plantar y cuidar animales”, reitera.
Contó con la ayuda del Conservas Orbe Porriño porque, al platearle que viajaba con Neisha, “lo entendieron porque el presidente también tiene perros. Todo fueron facilidades". Y, con su familia aquí, la cacereña rinde a un gran nivel y admite que “soy de Cáceres, pero mi familia tiene una finca en el pueblo y siempre me consideré de allí. Y, aquí en O Porriño, salgo de casa y tengo un montón de campo para andar”. Ana Belén Palomino se encuentra en un particular paraíso deportivo y personal. El sábado afronta el derbi gallego ante el Guardés y en una semana en la que comienza a salir el sol en las Rías Baixas.
Pronto empezarán a brotar las flores en el val da Louriña, los frutales sacarán las hojas y los cultivos de la huerta crecerán. Los verá y disfrutará Ana Palomino mientras, en la pista, buscará también tener una primavera deportiva en los ‘play-off’ ligueros y la Copa de la Reina. Es “lo bonito que queda por venir”, para una portera que en Galicia encuentra un medio natural, ya que “soy muy de campo”.
