Balonmano | Liga Asobal
Por unas felices fiestas
Atletismo
Alice Finot (Montbéliard, 9 de febrero de 1991) finalizó el pasado domingo en la quinta posición en el Mundial de atletismo de Budapest en la prueba de 3.000 obstáculos. Batió el récord de Francia (9:06.15) tras una preparación entre Vigo y Melgaço, ya que su entrenador es el olívico Manu Martínez y ella reside en Ponteareas desde hace años.
¿Cómo sienta ser quinta del mundo?
Me siento muy afortunada y noto que estoy en mi línea y en lo que marcaban mis entrenamientos. Soy afortunada porque el atletismo no es matemáticas y no siempre salen los resultados. Creo que estoy en el lugar en el que me merezco. El quinto puesto tuve que lucharlo para conseguirlo, pero llegó sin robarlo. El cuarto me quedó a un segundo y creo que era accesible, pero el podio todavía no lo es. Finalicé en el lugar en el que tenía que estar y lograrlo es un éxito. Había que pelear para buscar lo que merecía y lo que trabajé con Manu.
Le dio un ataque de alegría al terminar.
Me sentí como si fuera una victoria. El puesto, la gestión de carrera y el récord de Francia con 9:06:15 me saben a una victoria. Recogí los frutos del trabajo.
Salió en la parte trasera y remontó en la última vuelta, ¿era su plan?
Lo primero que pensé, tras la semifinal, era arriesgar y hacer lo mismo que en el Mundial del año pasado. Después, con el tiempo, lo pensé mejor. El año pasado salí en cabeza y, al final, exploté e incluso tropecé en la ría y me caí. No tenía fuerza para terminar bien. Aprendo rápido y, con esa experiencia, me senté, volví a pensar y me planteé una carrera totalmente diferente. Vi los parciales y tenía claro que debía hacer mi carrera. Si salía una competición táctica, sabía que podía pelear una medalla porque tengo una última vuelta rápida, la más veloz de todas. Pero saliendo fuerte, tenía que hacer mi carrera, yendo a los tiempos que puedo hacer a día de hoy. Sabía que podía remontar, pero también que tenía que luchar contra mí misma y contra ese impulso de saber que la cabeza de la prueba se iba, pero que tenía que esperar para remontar. Es lo que hice y estoy contenta de haberlo gestionado bien.
Tras el primer kilómetro, las primeras iban muy lejos, pero usted sabía que no podía estar en ese ritmo.
En la actualidad, no soy capaz. En el Mundial del año pasado hice en 3:01 el primer kilómetro, pero después ya me fui a 3:12 y en el tercero iba para 3:02, pero caí. En esta ocasión, pasé el primero en 3:02 y en el segundo kilómetro estuve en 3:06. Ahí es el punto en el que se vio la mejora del entrenamiento y terminé el último mil en 2:58. También más rápida. Fui capaz de bajar todos esos ritmos en un año y es lo que quiero seguir haciendo para el año que viene de forma que, saliendo fuerte, pueda pasar también rápido por el segundo y terminar igual de fuerte en esa última vuelta.
¿Nota que las rivales la conocen?
Cada vez soy menos outsider, pero tampoco creo que se fijen mucho en mí. Yo estoy viendo a las mejores y ellas no me vieron en toda la carrera. Haciendo mi prueba, yo sola, pude ser quinta. Pueden fijarse en mí, pero yo yendo sola pude acercarme a ellas. En todo caso, yo tengo que seguir mi línea, sin entrar al trapo. Hay que conocerse bien y confiar mucho en uno mismo. Porque tenía esa pelea de verme en la cola del grupo y, en muchas ocasiones, pensé que iba mal, pero veía el cronómetro y sabía que iba en los tiempos. Me decía: “sigue así que vas bien”. Pero, por otra parte, parecía que iba muy lejos. Tuve esa pelea mental toda la carrera y, al final llevé la cabeza fría y, a mi manera, pude hacer un gran resultado.
¿Esperaba el récord de Francia?
Sabía que lo tenía en las piernas. Había hablado con Manu Martínez que podía llegar a los 9:05 en una buena tarde. Al final, me salió en una carrera que hice sin liebre. No sola porque había más atletas, pero sin referencia. Eso sí, salió el día marcado para tener el pico de forma y en el que estaban las mejores rivales al lado. Además, era el día en el que tenía a toda la familia y todos los amigos en la grada. Finalmente vinieron y se lo agradezco mucho. Además, el estadio estaba lleno y me dio mucha energía. Todo se juntó para que salieran las cosas y también salió la marca por eso.
Ya es la mejor europea.
Sí, sí, quedé en ese puesto. La eslovena Marusa Mismas quedó un segundo detrás y será una rival muy importante para el año que viene en el Europeo en junio. Aunque no será el principal objetivo de la temporada, que estará claramente en los Juegos Olímpicos de París. Iremos a pelear por una medalla allí y ella seguro que también lo hará. Estaremos en un estado de forma similar y también llegarán bien las británicas. Soy la mejor europea, pero con poco margen.
¿Tiene claro su plan para 2024?
Tengo la mínima para los Juegos de París, pero debo demostrar estar en un buen estado de forma para ir y refrendarlo en el Campeonato de Francia. Son unas formalidades, ya que lo importante es alcanzar un buen estado de forma para los Juegos. Disfruto de todo lo que hago, quiero pasarlo bien, pero es cierto que los juegos en Francia quiero vivirlo a lo grande. Estoy entrenando y compitiendo a nivel internacional desde 2020 y eso me permite tener una buena base para hacerlo bien en París. Pero todos los objetivos que tengo, los intento hacer bien.
¿Cómo está su pierna?
Todavía tengo un poco de trauma al pasar la ría. El tendón (tibial posterior) se resiente y, por eso, también quiero ver cómo se recupera para no poner demasiadas competiciones. Terminé el Mundial sana y no quiero hacer de más para luego llegar a la pretemporada con molestias. Quiero respetar mi cuerpo, que me dio mucho.
¿Quién la animó allí?
Estuvo mi familia francesa y también mi familia española. Yo no disfruté mucho de Budapest, que es una ciudad encantadora con historia, monumentos, restaurantes y fiesta. Yo estuve en el hotel con el aire acondicionado porque hacía mucho calor. Pero ellos sí que vinieron a verme y disfrutaron mucho el viaje todos juntos. Solo pensar que hicieron ese viaje por mí y que lo pasaron tan bien en la pista y en la ciudad, me hace estar muy orgullosa. Y también me siento afortunada de tenerlos a mi lado.
Entrenó en Vigo, Melgaço, Tui… ¿Cómo lo gestiona?
Lo llevé bastante bien. Casi toda la preparación, desde junio, fue en la pista de Melgaço. Allí es el lugar en el que tengo las mejores condiciones porque puedo meter la bici para hacer series, puedo poner las vallas, puedo hacer la ría, puedo correr con clavos… Me tratan súperbien y hace casi todo lo que quiero en la pista. Esto me da muchas facilidades y, después, en Vigo hago lo que puedo cuando estoy con el grupo. Por suerte, Manu Martínez (el entrenador) pudo estar bastante liberado y estar mucho conmigo en Portugal, pero cuando está bloqueado en Vigo y acercarme yo a él, tengo que adaptarme a las condiciones de la pista y no son buenas. No puedo entrenar por la calle uno y unos metros de diferencia son determinantes en una final. Entrenar así cuando estoy peleando por las medallas, no es algo aceptable. Por eso entreno en el lugar que puedo.
Es difícil hacer entender a la gente que el alto nivel requiere unas cosas que no son capricho.
Soy muy profesional en todo lo que hago: trabajar, descanso, dormir… Y en Vigo no puedo trabajar de forma profesional y cuidar de cada detalle como yo lo hago. Controlo todo dentro y lejos de la pista y no poder controlar todos los detalles cuando estoy en el tartán en el entrenamiento, es un desfase total con la forma de comportarme en el trabajo y en el deporte.
¿Cómo la ayuda la federación de Francia?
Yo demostré nivel y ellos me ayudan y confían en mí al 100%. Me quieren ayudar para que continúe mejorando, tengo concentraciones y ahora disponemos de un protocolo de recuperación que depende de ellos, tengo un departamento de fisios… No puedo pedir más, estoy muy contenta
Contenido patrocinado
También te puede interesar
Balonmano | Liga Asobal
Por unas felices fiestas
Balonmano | División Oro
El Carballal busca en casa la tercera victoria de la temporada
Lo último