Tecnología y dilemas morales en la nueva novela de Veronica Roth

La escritora norteamericana Veronica Roth, autora de la nueva distopía “Poster Girl”.
photo_camera La escritora norteamericana Veronica Roth, autora de la nueva distopía “Poster Girl”.
Después de cuarenta millones de ejemplares vendidos de su saga, “Divergente”, la escritora Veronica Roth regresa ahora con una nueva distopía, “Poster Girl”, donde explora los peligros de las nuevas tecnologías y los dilemas morales que nos plantean

Después de cuarenta millones de ejemplares vendidos de su saga, “Divergente”, que también llegó al cine, la escritora estadounidense Veronica Roth regresa ahora con una nueva distopía, “Poster Girl”, donde explora los peligros de las nuevas tecnologías y los dilemas morales que plantean. Roth explica que volvió a sentarse ante el ordenador al pensar en qué les debe ocurrir a las personas que en un determinado momento apoyaron a un gobierno dictatorial el día en el que este es sustituido por otro sistema. “¿Qué consecuencias tiene este hecho?”, se preguntaba la escritora.

Publicada por Planeta, en la novela “Poster Girl” da a conocer al personaje de Sonya Kantor, una joven cuya imagen fue utilizada en un cartel propagandístico por parte de un gobierno que durante décadas controló a la población a través de un implante ocular, la denominada “clarividencia”, con el que premiaba o castigaba a los súbditos según sus acciones.

Aunque la historia transcurre en el futuro, la novelista no rehuye que en algunos aspectos las nuevas tecnologías forman ya parte indisoluble de cada uno de nosotros, algo que “me da un poquito de miedo”. “En esta novela, de lo que quería hablar es de lo fácil que aceptamos todo lo que nos piden estas tecnologías. Lo fácil que pulsamos un me gusta sin pensar nunca en las consecuencias”.

A su juicio, aunque “pueda parecer que no, sí podemos rebelarnos contra estos sistemas que nos vigilan y nos controlan, algo que me alarma, aunque a muchos parece no molestarles e incluso bromean con ello. Y, ojo, yo tampoco soy inmune, pero soy de las que cree que hay que andarse con cuidado”.

Desconectar

Durante los meses en los que estuvo trabajando en el primer borrador del libro, “no me conecté a mis redes sociales. Me interesaba conocer qué me pasaba, si lo echaría en falta. Con el paso de los días, me di cuenta de que ni se me venían a la cabeza y que estaba muy bien salir a la calle y no contar a nadie lo que estaba haciendo”. “¿Por qué tienes que contarle a un cacharrito lo que haces o lo que dejas de hacer?”, se pregunta Veronica Roth.

Ella misma viene a responderse que, aunque “igual individualmente no puedas luchar contra los grandes sistemas, sí puedes hacer pequeñas cosas, como ir a un sitio y no explicarlo o no grabarte, en plan postureo, para que otros te vean. Eso es lo que hay que reivindicar para uno mismo”, zanja.

Novela de diferentes capas, en la que hay amor, persecuciones y misterios por resolver, “Poster Girl” es también una obra que trata sobre la identidad, la memoria y el perdón.

No niega que construir el personaje de Sonya Kantor es uno de los “desafíos” más grandes de su carrera, porque “empieza en un entorno muy claustrofóbico, incluso dentro de su propia mente, sin que pueda pensar claramente, mientras que otros protagonistas míos tenían muy clara la visión del mundo”. Además, reconoce que “no es fácil que al lector le guste ella ni lo que piensa, pero ha sido delicioso crearla y, en mi caso, perdonarla por cosas del pasado”, advierte.

Consciente e inconsciente

Roth, que estudió Escritura Creativa en la Universidad Northwestern, explica que siempre escribe con una pauta, con una estructura, pero “cuando me pongo a escribir juega lo consciente y lo inconsciente y es muy importante escuchar tu voz interior, porque es tu instinto, es tu personalidad y la pones en el papel, pones esas revelaciones que escuchas”. A la vez, la escritora descubre que luego “lo más importante es ir borrador, tras borrador, pulir personajes, repasar y repasar, reescribir mucho”.

Sobre sus nuevos proyectos, deja caer que en Estados Unidos publicó una novela que es como una “reescritura” de “Antígona”, pero en el futuro, y tiene otras historias ya esbozadas, con ganas de que vean la luz. “La pandemia fue muy productiva en mi caso”, confiesa. n

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