El Celta, un proyecto en un partido

Carvalhal, ayer durante el entrenamiento del Celta en Mos.
photo_camera Carvalhal, ayer durante el entrenamiento del Celta en Mos.
El Celta afronta su partido ante el Barcelona movilizando a la afición y con la continuidad en el aire de Carvalhal y Luís Campos

Una máxima del trabajo de los clubes a nivel deportivo es que un proyecto no puede depender de un resultado. Pero eso mismo es lo que va a suceder este domingo con el Celta, que se juega en Balaídos la permanencia en Primera. El marcador final definirá en enorme medida el futuro inmediato. Pero incluso la salvación in extremis pondría en solfa los pilares sobre los que estructura su actual plan la directiva celeste.

 

 

Casi todo está en el aire. Todo menos la capacidad económica de la entidad para subsistir a una caída a Segunda División, amortiguada en los últimos tiempos por las ayudas de la Liga a los conjuntos que se despeñan y que suelen traer consigo regresos más o menos raudos a la élite. No es mal consuelo, pero no alcanza al ámbito deportivo. E, incluso, institucional.

La presidencia de Carlos Mouriño tiene fecha de caducidad. El centenario marcaba un perfecto punto de inflexión para que la entidad siga en la familia pero el cargo pase a Marian Mouriño. Su cargo como directora ejecutiva del proyecto del Celta en Mos es la concreción de una presencia que ya era notoria en los meses anteriores. Y ese relevo, se produzca cuando se produzca, se acelere o se frene por un posible descenso, traerá más cambios a nivel interno en la cúpula del club. Una transición que se presumía amable puede complicarse inesperadamente.

Si se baja un escalón, el cambio de categoría también generaría movimientos. La estrategia de los últimos tiempos de enfocar el club hacia el exterior, incluso en lo que a los cargos se refiere, es complicada de mantener con un presupuesto sensiblemente mermado.

Ya en el ámbito deportivo, la idea del club hace dos meses era no hacer una revolución en el mercado para dar continuidad al proyecto. Con Luís Campos de arquitecto y Carlos Carvalhal de ejecutante desde el banquillo. Lo sucedido en las últimas semanas ha herido de gravedad, probablemente de manera irreparable, la confianza en el entrenador y ha generado dudas en la innovadora experiencia de tener un director deportivo externo, acentuado porque ninguno de los fichajes del pasado verano ha enamorado. El equipo se ha sostenido en lo fundamental con futbolistas que ya estaban (Aspas y Aidoo) o la irrupción inesperada de Gabri Veiga. No todos los recién llegados han defraudado, ni mucho menos, pero ninguno ha encandilado o ha dado una mejoría notoria respecto al pasado curso. 

Hasta las certezas pierden fuerza. Hugo Mallo termina contrato y tiene -tenía- decidida su marcha. Con un brazo roto, trata de dejar al equipo en Primera tras 14 temporadas en el vestuario. La continuidad generalizada está puesta en tela de juicio por cuestiones económicas y de proyección de los futbolistas. Los cedidos a los que se quiere mantener sólo son viables en Primera. Y las millonarias ventas previstas, especialmente la de Gabri Veiga, se ha visto devaluada en los últimos tiempos, como todo el equipo. Un descenso, sin duda, obliga a malvender.

En resumen, prácticamente todo está pendiente de lo que suceda este domingo en Balaídos ante el Barcelona. O, en su defecto, en Valladolid en ese duelo con el Getafe. Desde el palco hasta las oficinas, todo el Celta sabe que el futuro, al menos a corto plazo, depende de que los jugadores sean capaces de ganar el partido.

Si se consigue, el terremoto será muchísimo menor. Pero lo sucedido estas semanas tendrá consecuencias. El botón de pausa queda pulsado hasta el lunes, con dos vías abiertas muy diferentes.

Más finales ganadas que perdidas

Fe de erratas. El Celta se jugó la permanencia en Primera División en la última jornada en 13 ocasiones a lo largo de su historia, y no en once como se apuntaba ayer en este mismo periódico por error. El balance en cuanto a la resolución de esos 13 encuentros es positivo, pues en 7 veces se logró permanecer en la categoría y en seis se acabó descendiendo a Segunda. 

En concreto, las temporadas en las que el bloque celeste puso en juego la categoría en la última jornada fueron: 1940/1941 Hércules-Celta (0-5) se mantuvo y partía fuera de descenso; 1948/1949 Celta-Bilbao (3-4) se mantuvo y partía fuera de descenso; 1972/1973 Celta-Real Madrid (3-0) se mantuvo; 1974/1975 Las Palmas-Celta (3-1) descendió; 1976/1977 Zaragoza-Celta (1-0) descendió y partía fuera de descenso; 1978/1979 Celta-Atlético (2-2) descendió; 1982/1983 Valladolid-Celta (3-1) descendió; 1996/1997 Celta-Real Madrid (4-0) se mantuvo y partía fuera de descenso; 2003/2004 Celta-Mallorca (1-2) descendió; 2006/2007 Celta-Getafe (2-1) descendió; 2012/2013 Celta-Espanyol (1-0) se mantuvo; 2018/2019 Celta-Rayo (2-2) se mantuvo y partía fuera de descenso; 2019/2020 Espanyol-Celta (0-0) se mantuvo y partía fuera de descenso.

En seis de las ocasiones, el equipo llegó, como ahora, fuera del descenso. Únicamente descendió en la 76/77, en un duelo directo con el Zaragoza (1-0), que también bajó.

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