Relevo en el banquillo del Celta

“Nunca es mal momento para entrenar a tu equipo”

El nuevo entrenador del Celta, Claudio Giráldez, (a la izquierda, de verde) dirigió ayer su primer entrenamiento de la plantilla en Afouteza.
photo_camera El nuevo entrenador del Celta, Claudio Giráldez, (a la izquierda, de verde) dirigió ayer su primer entrenamiento de la plantilla en Afouteza.
Claudio Giráldez, nuevo entrenador del Celta, apuesta por ser protagonista y jugar en campo rival como camino para una salvación en la que tiene “toda la confianza”

Tiene Claudio Giráldez la voz aguardentosa, casi mafiosa que sólo engaña en eso. No hay aguardiente, no hay mafia, pero sí convicción. Tan potente que debe paliar la falta de experiencia necesariamente inherente a todo debut. “Hay que estar preparado para cuando el club lo demande”, dice, buscando ya naturalidad en algo excepcional, su llegada al banquillo del primer equipo desde el filial y con 36 años. “Estoy muy ilusionado, muy contento. Como siempre he dicho, es el sueño que tenía como aficionado del Celta y como vigués”, añade.

 

No le molesta que los demás duden. Él no lo hace. “Me siento preparado. Sé que mucha gente va a dudar. La vida está llena de noes. Hay que superarlos desde el trabajo, desde el resultado, desde lo que hace el equipo en el campo”, reseña. Y dando la importancia que tiene a un pasado que, de tan cercano, es todavía presente: “Tengo mucho que agradecer y toda la confianza en que vamos a hacer las cosas bien porque tengo una gran plantilla, un club que me respalda, una comunión entre afición, prensa y nosotros, que creo que es la clave de que las cosas vayan bien”. En el listado, técnicos y jugadores, en especial los que ha tenido bajo su mando hasta este miércoles.

Ahora, afronta el salto con “un cuerpo técnico muy capacitado”. Y sin miedo a exponer sus ideas desde ya: “El club ha tomado una medida valiente y yo quiero ser valiente. Soy valiente, he trasladado siempre valentía en mis equipos, en mi forma de vivir y de entrenar. Es lo que he intentado decir en el vestuario. Que tenemos capacidad, diez jornadas apasionantes por delante y que tenemos que tener un grado de autoestima y de valentía muy alto para poder afrontarlos”. Además, desde la identificación plena con el club. “Es mi casa y no hay nada mejor que llegar al último escalón. Ojalá nos pueda ir todo bien. Creo que estamos preparados para ello”, reiteró el nuevo inquilino del banquillo.

 

 

La idea no se quedará en la teoría, advierte. “Tenemos una plantilla con muchos recursos. Habrá maneras distintas pero con un denominador común: vamos a ir a campo rival, vamos a intentar ser valientes y dominar los partidos. Tenemos la capacidad de poder ganar en cualquier campo. Tengo que ser consecuente con lo que creo y con lo que siento porque es la manera de que a los demás les pueda llegar el mensaje. La intención será ser protagonistas, ir a por los partidos, ser agresivos y ser valientes. Porque si no, estaría yendo contra lo que siento”, espeta. Tampoco se ciñe a su 3-4-3: “No creo que sea tan importante cómo partamos. Sí el cambio de altura y de actitud con las que queremos estar en el terreno de juego”.

A cortísimo plazo está el Sevilla. “Intentaremos reforzar lo que hacemos bien, que hay muchas cosas, y dar nuestro matiz. Quedan cuatro días para el partido y luego tenemos un parón. Ahí empezaremos a reflexionar en otras cosas.  Ahora, tener las ideas lo más claras posibles y no volvernos locos, no entrar como un elefante en una cacharrería porque sería negativo. Si que tenemos claro qué podemos cambiar en estos días”, valora. 

Al porriñés le preguntaron por Carles Pérez. No escapó pero generalizó: “Su actitud ha sido muy buena. Intentaremos saber por qué no estaba llegando a su mejor nivel y ayudarle a que lo alcance, como haremos con el resto. Sacar la mejor versión de los jugadores y que ésta saque la mejor versión del colectivo, dentro de una idea que tenemos clara”.

Tan sereno se siente, que aparca la cuestión de su contrato y su renovación. “No me preocupa lo más mínimo. Estoy donde quiero estar”, contesta. Y, a sus 36 años, no siente que sea demasiado joven: “Es anecdótico que haya jugadores mayores. Llevo mucho tiempo entrenando, tengo muy claro lo que quiero, a dónde quiero llegar y lo que puede ser el equipo”. Porque, pese a la exigencia de la salvación en sólo 10 jornadas, “nunca es mal momento para entrenar a tu equipo”.

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