Kryptonita en el espejo para el Celta Fortuna

Javi Rueda percutió una y otra vez por el costado derecho hasta que tuvo que retirarse en el minuto 69 con molestias musculares
photo_camera Javi Rueda percutió una y otra vez por el costado derecho hasta que tuvo que retirarse en el minuto 69 con molestias musculares
El Celta Fortuna pagó diez malos minutos iniciales y sucumbió ante la Real Sociedad B, invicto y nuevo líder de la liga, que se mostró inabordable a los intentos del conjunto céltico

Igual, pero la inversa. Como el reflejo que devuelve un espejo. Así perdió ayer el Celta Fortuna en Barreiro el duelo de filiales ante una Real Sociedad B que funcionó como su némesis. Kryptonita. También con tres centrales, también con un doble pivote, también con tres delante. Pero distinto. Porque el Sanse tiene poco de filial. Explotó al máximo su agresividad, su rocosidad, sus transiciones. Todo en unos compases iniciales que también tuvieron su dosis de efecto espejo. En este caso con el primer equipo céltico. Precisamente, con Rafa Benítez en el palco, el conjunto de Claudio perdió el choque en unos diez minutos iniciales muy malos, igual que tantas otras veces sucumbió el Celta en los diez finales. Igual, pero a la inversa.

 

 

Porque el Fortuna llegó tarde. Tampoco mucho. Pero lo suficiente como para incomodar, para enfriar, para molestar. Diez minutos, dos desajustes defensivos y un 0-2 para cuando el filial arribó al encuentro. Eso sí que es demasiado. Primero fue Javi Rodríguez el que perdió la espalda en una pared fulgurante que Fiabema metió entre las piernas de Ruly en el primer palo. Un mazazo al que no hubo tiempo de responder. Porque de un envío largo y una carrera de Azkune llegó un fallo de Yoel en el despeje y una definición perfecta del atacante realista, que la arrimó junto al palo.

Pero, aun llegando tarde, aun en clara desventaja, aun con el frío en el cuerpo, el Fortuna se puso a funcionar. Padeció cinco minutos más de brazos bajos en los que la Real B coqueteó con el tercer tanto. No llegó. A partir de ahí, comenzó el partido de verdad. Y fue cuando el equipo de Claudio se vio reflejado en un espejo. Enfrente había una estructura táctica muy similar, pero adaptada a un posicionamiento mucho más bajo y a unos recorridos mucho más largos en las transiciones. De esta manera, se generaron muchas situaciones de cinco contra cinco en el último tercio de un campo, ya de por sí, con reducidas dimensiones. Hacía falta exprimir la habilidad. Raúl Blanco, Hugo Álvarez y Alfon se pusieron a ello. Y las ocasiones llegaron. Pero siempre fallaba el último pase, el último control, el último toque. Y la única vez que el cuadro vigués pudo correr, el atacante morracense conectó con el manchego, que recortó para chocar contra el larguero. Palo duro. Nunca mejor dicho.

 Claudio rearmó a su equipo en el descanso. No a partir del cambio de jugadores, pero sí desde lo táctico. Damián empezó a meterse en la línea de centrales para mudar el esquema a 4-3-3 y empezar a generar las superioridades desde atrás. Funcionó. El dominio se acrecentó. Los visitantes ya no llegaban tan bien a la presión, ya no eran capaces de rascar, ya no transitaban. La superioridad estaba consolidada. Solo faltaba cristalizarla.

Y ahí estuvo el gran debe del Fortuna ayer. Las áreas, dominadas por la Real Sociedad B, fueron determinantes en el resultado. En el juego, el filial céltico fue mejor más allá de que siempre le faltaba un céntimo para llegar al euro. Centros de Javi Rueda sin rematador, disparos de Alfon y Raúl Blanco taponados, últimos regates de Hugo Álvarez truncados… En ese sentido, el terreno de juego fue un rival más. Por la falta de espacios y por la penalización de varias acciones técnicas debido al reprobable estado del césped.

Con todo, la insistencia y el paso de los minutos sí se aliaron con el Celta B. Porque el desgaste pesaba en las piernas del conjunto donostiarra, cada vez más cansado. Javi Rodríguez, con un testarazo espectacular en un córner, obligó a Gaizka a volar para despejar. Fue la mejor ocasión de un filial celeste cada vez más volcado, con Fer López y Dani González empujando desde el banquillo. Fue una acción entre ambos la que propició el único gol local. Esta vez sí salió la conducción, el pase filtrado y el remate, que supuso el primer gol del delantero albaceteño en Vigo. El problema, que solo quedaban dos minutos, en los que apenas se jugó. La Real B maximizó su oficio, prolongó su invencibilidad y se puso líder. Fue la kryptonita en el espejo del Fortuna.

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