El cuerpo técnico que encabeza Claudio Giráldez tiene un máster de gestión de fichas en cuanto a movimiento de futbolistas entre un equipo y sus dependientes. El tope federativo de tres licencias ya les complicó la vida durante su estancia en el filial, debido principalmente a la falta de futbolistas al tener Rafa Benítez a tres de ellos y tener limitado el uso de los integrantes del segundo filial, el Gran Peña. Por eso, no les ha sido difícil en estas dos primeras jornadas en la élite tener en cuenta que a sus ganas de dar salida a canteranos debían acoplar la mentada norma.
El límite, que suele salir a colación en las primeras eliminatorias de Copa, es de al menos siete jugadores con ficha del primer equipo sobre el campo en todo momento. Pero siempre con la amenaza de alineación indebida si se produce una lesión o una expulsión, por lo que en la práctica son sólo tres las fichas del filial que pueden coincidir.
Dicho límite lo ha apurado al máximo Claudio Giráldez en sus dos primeros onces con las presencias de Carlos Domínguez, Hugo Sotelo y Hugo Álvarez. Los tres han comenzado la andadura del técnico porriñés como titulares y bloquean la llegada de algún otro compañero. De hecho, la salida al campo de Damián Rodríguez ante el Sevilla se pudo realizar porque antes habían salido del campo Hugo Sotelo, Carlos Domínguez y Hugo Álvarez -en ese mismo momento-, aunque con uno habría bastado.
En cualquier caso, la recuperación de lesionados tampoco hace previsible que el cuerpo técnico tire de más jugadores del filial. El límite está a salvo.
