Los test de estrés, si se acumulan, son cada vez más estresantes. Y el Celta lleva unos cuantos, obligado a reconducir la marcha cada poco porque la dirección falla. Tras la alegría de Pamplona, la tristeza de Getafe. O, más bien, el enfado de Getafe, que ha traído consigo una semana de reconstrucción y de intento de reafirmación. Cada vez se pone más a prueba la unidad de acción y de convicción. Por eso, como tantas otras veces, el partido de hoy ante el Barcelona es una prueba de estrés.
Este Celta encuentra soluciones sobre la marcha que duran lo que dura un corto invierno. O menos. El último giro del retorno a la defensa de tres centrales se puso en cuestión en la segunda parte en el Coliseum, cuando el equipo reaccionó con balón y menos resguardado atrás. Pero ese impulso no ha hecho cambiar la idea del entrenador, Rafa Benítez, quien insiste en que la posesión en campo rival no es para esta plantilla. Menos, obviamente, cuando enfrente estará hoy el equipo que se define en base a esa apuesta, un Barcelona errático -para sus elevadas pretensiones- y con un entrenador con fecha de caducidad pero que fuera de casa no ha perdido ni un solo encuentro esta temporada liguera.
En cuanto a piezas, la disponibilidad apenas varía en un nombre respecto a la pasada jornada. Se cae por lesión Javier Manquillo, al que el esfuerzo de sus dos primeros partidos como celeste le ha ocasionado una sobrecarga muscular, y entra tras recuperarse Williot Swedberg. Siguen fuera Joseph Aidoo y Carlos Dotor, por su presencia en el parte médico, y Jonathan Bamba, que no ha regresado de la Copa de África.
Benítez tiene en su mano todas las opciones, con dos decisiones principales: mantener los tres centrales o regresar a dos y apostar por un solo delantero o pasar a dos. Sin certeza, dada la capacidad del técnico madrileño para dar vueltas de tuerca, se espera que la línea de cinco se mantenga en el tiempo; y que la suplencia de Iago Aspas no se estire hasta el tercer encuentro consecutivo y el que sería primero en casa. Con estas dos premisas, el once inicial deberá parecerse al formado por Vicente Guaita en potería; Óscar Mingueza y Mihailo Ristic de carrileros, retrasando el primero su posición para cubrir la ausencia de Manquillo; Renato Tapia, Unai Núñez y Carlos Domínguez de centrales, con opciones para Carl Starfelt; Fran Beltrán, Jailson Marques -o Tapia, si entra Starfelt- y Luca de la Torre en el centro del campo; y el mentado Aspas y Jorgen Strand Larsen en punta.
El Barcelona -sin Gavi, Balde, Marcos, Ferran Torres, Joao Félix y Sergi Roberto- llega exigido para mantener la plaza de Liga de Campeones. Y con un once muy reconocible, pese al partido de Liga de Campeones ante el Nápoles del próximo miércoles.
Baja de Manquillo y alta de Swedberg
La ausencia de Javier Manquillo por una sobrecarga en los isquiotibiales de la pierna derecha, conocida ayer justo antes de publicarse la lista de convocados, y la no llegada desde la Copa de África de Jonathan Bamba, al que se esperaba ayer, permiten a Rafa Benítez no realizar ningún descarte. Lleva los 23 disponibles, con la novedad del regreso de Swedberg.
