El Celta Fortuna, cual ratón en la ratonera

El momento en el que el único delantero del Nàstic, Pablo Fernández, bate a César en el único disparo del equipo visitante en el partido.
photo_camera El momento en el que el único delantero del Nàstic, Pablo Fernández, bate a César en el único disparo del equipo visitante en el partido.

El Celta Fortuna sucumbió presa de un rocoso Nástic, de las limitaciones desde el primer equipo y del contexto de Barreiro, que condicionó un choque que apea del liderato al filial

La selección natural explicada a grandes rasgos dice que los ejemplares más fuertes son los que sobreviven y los que mejor se adaptan al medio perpetúan la especie. Así nace la evolución. Es probable que el Celta Fortuna de Claudio Giráldez no pertenezca al primer grupo, pero sí que es muy posible que entre en el segundo. Sin embargo, ¿qué límite tiene la adaptabilidad con respecto a las condiciones biológicas? Es una frontera que el filial céltico lleva desafiando toda la temporada. Pero, a veces, como ayer contra el Nàstic de Tarragona, las limitaciones propias y ajenas surgen. También porque es deporte y no son matemáticas. Afortunadamente.

El equipo vigués perdió el partido ante el cuadro tarraconense y el liderato en favor de la Ponferradina. Lo hizo porque el obstáculo de las dimensiones y el césped de Barreiro fue insalvable en esta ocasión, igual que lo fue el bloque bajo armado con hormigón sobre puntales que plantó el equipo catalán en Lavadores. Todo un candidato al ascenso sin rubor ni vergüenza en meter diez futbolistas detrás de la pelota a la espera de aprovechar un error local. Fue exactamente lo que sucedió. En el arranque del segundo tiempo, Manu Fernández erró en la salida de balón. Un solo pase y Pablo Fernández, la isla ofensiva visitante, facturó ante César Fernández. Misión cumplida.

El frío, que parecía dar una tregua ayer, volvió en forma de gol del Nàstic. Puro hielo. En la grada, abarrotada hasta el punto de obligar al visionado de pie de no pocos aficionados. Y también en el campo. Porque la realidad es que el filial acusó el golpe. A los futbolistas de Claudio les costó volver a conectarse. El cambio de Javi Rodríguez por Hugo Álvarez, pactado con el primer equipo, no cuajó. El lateral poiense venía de hacer un gran primer tiempo en relevo del sancionado Javi Rueda. Desde su banda derecha llegaron las mejores situaciones ofensivas del conjunto celeste. Un peligro constante.

Porque en el acto inicial, el dominio local fue absoluto. El filial acumuló llegadas, sobre todo por el sector derecho. Pero siempre faltaba un céntimo para llegar al euro. Como en un centro chut al que no llegó por centímetros Dani González, titular ayer, o en los muchos acechos locales en la frontal.

La sensación de haber desaprovechado el momento se acentuó con el gol de Pablo Fernández a los siete minutos del segundo acto. Pero la zozobra no fue eterna. Poco a poco, el Fortuna recuperó sensaciones y movió la pelota con toda la velocidad que permitía el maltrecho césped y el rocoso entramado del Nástic. Con Fer López y Manu Garrido, la presencia aumentó. Sin embargo, fue Hugo Álvarez el que tuvo las dos mejores. Pero a donde no llegó la defensa tarraconense sí llegó su portero. Alberto Varo le paró una abajo al ourensano que ejerció de aperitivo al vuelo sin motor que sacó de la escuadra una gran falta directa. La trampa final para la ratonera de Barreiro. 

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